Ada Colau escoge a Joan Subirats para el comisionado de cultura de Barcelona
La alcaldesa apuesta por “dar continuidad” a la labor de Jaume Collboni
“No son tiempos fáciles para el país ni sencillos para Barcelona”. Esas fueron las primeras palabras de la alcaldesa Ada Colau en la rueda de prensa que hizo ayer para presentar a Joan Subirats, nuevo comisionado de Cultura, y Lluís Gómez, nuevo comisionado de Promoción Económica, Empresa e Innovación, que asumen la labor que hasta ahora recaía sobre el concejal socialista Jaume Collboni. La complejidad del mundo político, continuó diciendo, ha puesto fin al pacto con el PSC, pero inmediatamente agradeció el trabajo realizado por los concejales socialistas que “han trabajado intensamente y muy bien”.
Y antes incluso de presentar a los nuevos comisionados quiso despejar los temores desatados en los ámbitos culturales de la ciudad tras el tercer relevo del área de cultura en menos de tres años. “No estamos aquí para hacer trabajo partidista sino para dar continuidad a las cosas que están funcionando”.
Sobre Joan Subirats remarcó que es un experto en políticas públicas y destacó que “es un hombre de ideas, de conocimiento, de izquierdas, progresista” y al mismo tiempo alabó su “gran capacidad pedagógica, de diálogo y de tender puentes”. Y le agradeció que haya querido dejar la universidad en un momento tan complicado, cuando en otras ocasiones había rechazado entrar en la política.
Joan Subirats (Barcelona, 1951) es politólogo, investigador del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas en la Universitat Autònoma de Barcelona y ha impartido clases en distintas universidades americanas y europeas. Ayer confesó que “tras más de 40 años abandono una zona de confort innegable como la de profesor universitario” para afrontar un nuevo reto. De hecho, se integrará progresivamente en el Ayuntamiento porqué hasta enero mantendrá las clases en la universidad. El nuevo comisionado, que dependerá orgánicamente del teniente de alcalde Jaume Asens, se limitó a señalar su voluntad de dar continuidad a los proyectos iniciados por Berta Sureda (comisionada de Cultura durante el primer año del mandato de Colau) y Jaume Collboni (que ha sido el máximo responsable de Cultura del Ayuntamiento durante un año y medio). No quiso anticipar ninguna medida, ni tan siquiera cuando fue preguntado si iba a mantener en el cargo al actual gerente del ICUB, Valentí Oviedo. Su única valoración fue para señalar que “Barcelona proyecta al mundo una imagen cultural muy importante” que debe ser compatible con la búsqueda de una mayor cohesión social.
Colau señaló la importancia que tiene la cultura “para ayudarnos a imaginar cómo queremos ser”, en una frase con referencias gramscianas. Preguntada por la opinión de quienes perciben cierto declive cultural de Barcelona, especialmente si se compara con el auge que se vivió en los años 80 o 90, se refirió a la necesidad de “tener una mirada amplia, que no se fije solo en los equipamientos o los festivales, sino que se base en un proyecto de ciudad, con una cultura más democrática y más justa”. Aun así, destacó la importancia que tienen los equipamientos y se refirió en concreto a su voluntad de impulsar la Casa de les Lletres. Sobre la cuestión del los problemas derivados del turismo masivo, volvió a incidir en la cuestión del modelo. “Nos gusta ser una ciudad visitada, por su ADN amamos el turismo, pero es necesario un plan estratégico, una planificación, hay que ordenar la actividad. El problema no es el turismo sino tener un modelo que sea sostenible y está claro que la cultura es importante”.
Para Colau, el problema de Barcelona no es el turismo sino tener un modelo que sea sostenible