Barcelona hará pisos sociales prefabricados
Barcelona apuesta por la construcción modular para ofrecer 92 alojamientos antes de fin de año
Barcelona ha tomado una decisión que promete ser polémica: suplir la falta de vivienda pública con la construcción de pisos prefabricados. Se trata de una solución temporal, urgente (deberían estar listos este mismo año) y limitada (son 92 habitáculos) inspirada en la experiencia de Amsterdam.
Para tener listos nuevos paquetes de vivienda pública gestados en un plazo récord, de sólo nueve meses, el Ayuntamiento de Barcelona explorará la fórmula de los alojamientos prefabricados, un modelo inspirado en iniciativas como la del barrio temporal de contenedores transformados en habitáculos para estudiantes en Amsterdam. El Ayuntamiento adjudicará próximamente la construcción de 92 pisos, presupuestados en 5,3 millones de euros, en tres solares de los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Sant Martí, que deben estar acabados antes de fin de año, según anunció ayer la alcaldesa, Ada Colau.
En realidad, técnicamente no puede hablarse de viviendas sino de “equipamientos socio-habitacionales” al levantarse en solares sin calificación residencial y que por tanto no dispondrán de cédula de habitabilidad. Es una medida provisional, bautizada con el nombre de Aprop (Allotjaments de Proximitat Provisionals) para solucionar el déficit de pisos públicos.
Colau, acompañada de Laia Ortiz, teniente de alcaldía del área de Derechos Sociales, y del concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, argumentó que esta es la fórmula por la que se ha apostado para acortar los tiempos desde que se dispone de los terrenos y hasta que se acaba la edificación, que en condiciones normales puede demorarse unos seis o siete años.
Colau subrayó que aunque Barmente celona es puntera en muchos sectores en materia de vivienda pública suspende si se compara con otras grandes ciudades europeas. La alcaldesa detalló que durante este mandato se habrán iniciado 4.000 pisos públicos, de los cuales se habrán finalizado unos 1.500 en el 2019. Actualmente, la cifra total es de unos 10.000, de los cuales 7.000 municipales, 2.000 de la Generalitat y el resto de entidades sociales.
Las futuras edificaciones modulares están pensadas para alojar a una persona (21) o a familias (71). Las pequeñas dispondrán de una habitación y las de mayor tamaño, dos, con un máximo de 60 metros cuadrados. En esta primera fase se prevé que den cabida a 250 ciudadanos de colectivos muy diferentes, estudiantes, refugiados, tercera edad y personas procedentes de la mesa de emergencia o con necesidades especiales. El Ayuntamiento calcula que estos edificios, que en los bajos albergarán equipamientos, funcionen durante unos seis años con la posibilidad de trasladarse posterior- a otros emplazamientos de la ciudad gracias a que pueden desmontarse. Estos bloques contribuirán a aliviar la situación hasta que vayan acabándose las citadas 4.000 unidades.
Barcelona se ha inspirado en proyectos similares en Londres, Vancouver, Copenhague y el del mencionado barrio de Keetwonen (en la fotografía superior) de Amsterdam. El Ayuntamiento holandés compró en el 2005 mil contenedores de barcos con el propósito que funcionaran como casas, de 28 metros cuadrados, para estudiantes durante cinco años. Pero el experimento se ha prolongado y aunque una parte de esta suerte de campus ya se ha empezado a desmantelar la mayoría de los contenedores permanecerá hasta el 2021.
Laia Ortiz explicó que detrás de Aprop está la voluntad “de no
Los edificios se levantarán en solares de Ciutat Vella, Sant Martí y Sants-Montjuïc
La fórmula permite reducir a nueve meses el periodo de entrega de los inmuebles
expulsar a los vecinos de sus barrios” por el incremento del precio del alquiler en zonas tocadas por la gentrificación.
“De esta manera damos salida a solares vacíos que no tienen un uso inmediato... Ahora empezamos con un plan piloto, veremos cómo funciona, nuestra voluntad es ampliarlo a toda la ciudad”, indicó.
La idea es que en el 2020 Aprop llegue a los diez distritos para complementar las promociones convencionales.
Colau hizo hincapié en que Barcelona “es la ciudad que más está haciendo en Catalunya v en toda España por la vivienda; hemos multiplicado por cuatro la inversión, se ha creado una unidad contra la exclusión residencial que ha parado 2.000 desahucios y el Institut Municipal de l’Habitatge tiene 66 promociones públicas frente a las cinco de la Generalitat”. Y lamentó que el Gobierno del PP “haya reducido en un 70% el presupuesto para vivienda”.
También hizo referencia a que el camino a seguir es el emprendido por ciudades como París o Berlín, con regulaciones que establecen un límite a la hora de aplicar incrementos al precio de los alquileres.