Polifacética alegría
Natalia Lafourcade presenta en Apolo ‘Musas’, su homenaje al folklore americano
La cantante, compositora, productora, arreglista, filántropa y activista mexicana Natalia Lafourcade se ha convertido en todo un símbolo de una manera de entender y vivir la canción de su país.
La mexicana Natalia Lafourcade se ha convertido con el paso de breves años en todo un símbolo de una manera de entender y vivir la canción de su país. A sus 33 años, la cantante, compositora, productora, arreglista, filántropa y activista ha devenido referencia alegre, positiva y solidaria de su país, de América Latina, en donde tiene mucho que ver su polifacética carrera musical.
Ahora mismo está embarcada en una de las etapas más intensas de su carrera, su personal repaso sonoro al folclore americano que ha vertido en Musas (Sony), un proyecto del que acaba de publicar su segundo álbum. Un último capítulo que no oculta una imparable dimensión profesional, como demuestran un premio Grammy (y cuatro Grammy latinos) recibido por su anterior álbum, Hasta la raíz, o su participación en la próxima edición de los Oscar, gracias al tema principal de la película de animación Coco (Remember me).
Ahora mismo está presentando a su ávida afición algunas muestras de esas Musas, como el que se dará cita esta noche en la sala Apolo (21 h), que ha agotado billetaje con semanas de antelación. Un ambicioso proyecto en el que ha querido rendir tributo a la música que le rodea desde pequeña, y en donde en el que se mezclan los temas propios con versiones de composiciones populares (La llorona, Duerme negrito) y de otros autores, como Agustín Lara o Violeta Parra. Pero quizás lo más llamativo de este disco-proyecto sea la participación desde el primer momento de Los Macorinos, es decir, los guitarristas Miguel Peña y Juan Carlos Allende que acompañaron a Chavela Vargas en numerosas giras. “Están conmigo en estos conciertos –cuenta la cantante a este diario– así como mi grupo de músicos de acompañamiento. Con ellos repasamos mi cancionero anterior y estos dos discos de Musas, aunque quizás lo que más me encante de esta gira es cuando me cuelgo la guitarra eléctrica y le pregunto al público que temas son los que quiere que toque”.
La idea original de las Musas nació rodeada de cierto secretismo, “encerrada en mi casa. La idea inicial era grabar unas treinta canciones, quería tener mucha música grabada y quería aprovechar el hecho de tener a Los Macorinos al alcance de la mano. Luego, ya con los productores, vimos que había dividir el proyecto en dos volúmenes porque no cabía en un solo disco, aunque cuando los escuchas te das cuenta de que todos los temas forman parte de un mismo universo musical”. “Trabajando con Los Macorinos aprendí muchísimas cosas –prosigue–; es un proyecto que me ha permitido conocer toda esta música americana, y luego cultivar mi paciencia porque cada uno de los temas tiene su vida propia y su ritmo propio”. En los temas que la propia Lafourcade aporta a este proyecto, “están hechos desde un lugar honesto; de hecho, al principio de todo la idea era hacer un álbum solo de covers, pero llegó un momento en que el proyecto comenzó a hablar”.
Una de las palabras que caracteriza este proyecto es humanidad, y la prueba es que a todos los que participamos en el nos ha enriquecido muy profundamente. Soy una persona que ha tratado de buscar hacer equilibrio y de dar siempre la parte positiva de la música de América Latina”. Aunque es consciente de que “todos queremos librarnos de nuestros fantasmas, desde el primer momento de este proyecto yo sabía que quería resaltar la belleza de música de mi país, de la que me rodea y con la que he vivido desde pequeña. Y es que tengo la certeza de que México vive un momento especialmente dulce en el aspecto musical y creo que eso se refleja en la aportación de todos los he que hemos hecho en estas Musas”.
La cantante mexicana está acompañada por Los Macorinos, los legendarios guitarristas de Chavela Vargas