Revolución académica
Roberto Fernández, presidente de Crue Universidades Españolas
El rector de la UdL, Roberto Fernández, ha establecido una estrategia política y social para revertir la mala situación económica y relanzar el sistema universitario.
Las universidades españolas han cambiado. La crisis y los brutales recortes en el sector educativo que trajo consigo, les ha obligado a ello. La difícil situación económica que atraviesan les han unido en una batalla que no piensan cejar porque “nos va en ello el crecimiento económico, el progreso y el desarrollo social de España”, indica el rector de la Universitat de Lleida, Roberto Fernández (1954, l’Hospitalet de Llobregat), quien en sus apenas cuatro meses al frente de la Crue Universidades Españolas, el organismo que aglutina 76 universidades, ha dibujado una estrategia política y social no sólo para revertir la situación, sino para relanzar el sistema universitario.
Ayer se reunió con el ministro Íñigo Méndez de Vigo para pedirle, por un lado, un pacto de Estado por la Universidad que concluya en una ley; y, por otro, acciones inmediatas para paliar la falta de recursos financieros. Lo hará en breve con los máximos dirigentes de los grupos políticos, con los sindicatos, los empresarios... Y con quien haga falta, porque “las universidades no pueden aguantar ni un día más”. Defiende las instituciones, el diálogo y el consenso. Pero, no se equivoquen, viene con fuerza –y cuenta con el apoyo claro del resto de los rectores– para luchar por el futuro del sistema universitario.
La Crue acaba de presentar la agenda política dedicada en buena parte a revertir las decisiones adoptadas por el ministro Wert. Es imposible no acordarse de él. Si queremos comprender el presente es imprescindible historiarlo porque es muy difícil pensar que lo de hoy no es consecuencia del pasado, pero también sabemos que los muertos no determinan la vida de los vivos. Dicho esto, es evidente que todo lo que le está pasando a la universidad viene de cómo España afrontó la crisis económica. Es muy reduccionista hablar simplemente de un ministro como el culpable de una situación porque este aplicó lo que el Gobierno le dijo que tenía que aplicar, que venía a su vez de unas indicaciones del estado económico de España... Aunque ciertamente el gobierno podía haber hecho otras políticas. Y también deriva de las comunidades que llevaron a cabo
recortes en materia universitaria.
Que se tradujeron en una tajante reducción de la financiación de las universidades, incremento más que considerable de las tasas a cuenta de las familias, pérdida de más de 10.000 puestos de trabajo, la contratación de profesores por menos de 500 euros, becas claramente insuficientes... ¿Cómo pensar en el futuro de la universidad?
La estrategia general de la Crue se puede resumir en la frase “a Dios rogando y con el mazo dando”. Es decir, por un lado, vamos a pedir a los parlamentarios que pongan la universidad en primera línea, que trabajen para lograr un pacto de estado que derive en una ley de universidades que sirva para los próximos 20 o 30 años. La universidad con decenas de miles de trabajadores y más de 1,5 millones de estudiantes necesita saber qué les va a pasar dentro de 5 años.
...y con el mazo dando.
Las universidades están en una situación muy difícil y hay que abordarlo ya. Hoy (por ayer) le diré al ministro: “mire tenemos el problema 1, 2, 3, 4… y hay que afrontarlos ya”. La universidad está aguantando porque están tirando de ella las familias pagando más y por la comunidad universitaria.
El 1, la financiación.
Sí, una financiación estable y suficiente y que se acerque a lo que está haciendo la Europa inteligente. Vemos que países que sobresalen en progreso y bienestar inviertan más que nosotros, ¿es que están equivocados?
¿El 2?
¿Qué es la universidad? Su personal, como en cualquier empresa. Con una buena clase y una buena tesis ya tengo la universidad y alrededor de ella armo los servicios, la vida de los estudiantes…Tenemos que recuperar los más de 5.000 profesores perdidos, los 5.000 PAS (personal de administración y servicios) que hagan rejuvenecer las plantillas. No es admisible que se llegue a titular con 50 años. ¡Es una barbaridad! El profesorado debe perfilarse mejor, pero creo que alguna de las últimas exigencias de la Aneca (Agencia de Evaluación) no son de recibo. Con esos requisitos, ¡yo no sería catedrático!
También reclaman un aumento de las becas.
La universidad sigue siendo un sistema de equidad social y de igualdad de oportunidades. Pero esto también está en peligro. Es preciso aumentar las becas y las ayudas al estudio y estrechar la horquilla de las tasas académicas que debe evitar esa diferencia abrumadora entre comunidades. Y que va en contra de la universidad como distrito único.
“Son las familias y la comunidad educativa los que han sostenido el sistema” “Con los nuevos requisitos de la Aneca a los profesores, ¡yo no sería catedrático!”