El PSOE trunca las prisas para abordar la reforma electoral
Los socialistas escenifican su desacuerdo con Ciudadanos en una reunión estéril
Era una cita abocada de antemano al fracaso, ante los dardos públicos y privados que los dirigentes del PSOE y Ciudadanos se habían disparado antes de volver a sentarse a la misma mesa. Y así fue. Las delegaciones de ambos grupos parlamentarios perdieron ayer una hora larga, en la reunión que celebraron en el Congreso, para escenificar su total desencuentro en cómo abordar una reforma de la ley electoral.
Y no es que el PSOE y Cs discrepen sobre los principios que deberían inspirar dicha reforma. De hecho, las dos formaciones coinciden en dotar de mayor proporcionalidad al sistema, suprimir el voto rogado, las listas abiertas... Pero el PSOE recela del afán de protagonismo y de la táctica partidista que atribuye a la formación de Albert Rivera, mientras que el partido naranja ve a los socialistas instalados en el inmovilismo del siglo pasado, para preservar los privilegios del antiguo bipartidismo. Ambas delegaciones sonrieron para la foto, sus integrantes son viejos conocidos y de hecho en la anterior legislatura negociaron y acordaron la investidura, finalmente fracasada, de Pedro Sánchez. Pero en privado se hablaron “con mucha franqueza”, y se echaron en cara sus actuales y respectivos bloqueos y vetos.
Ambas delegaciones, eso sí, coincidieron al término de la cita en mostrarse muy sorprendidos por la actitud mostrada por la otra parte. El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, se declaró así sorprendido porque la delegación socialista reconociera que la reforma electoral “no es una prioridad”. Y que pusiera encima de la mesa otra serie de cuestiones que nada tenían que ver con el objeto de la reunión, como el fin de los vetos en el Congreso a las iniciativas legislativas de la oposición, las eternas ampliaciones de los plazos de enmiendas que paralizan las iniciativas que no han sido previamente vetadas, o la renovación urgente de la dirección de RTVE. “Son excusas, no voy a decir baratas, pero si no es así que lo desmientan”, atizó Villegas.
El dirigente de Cs acusó a los socialistas de instalarse en el inmovilismo y de supeditar la reforma electoral a estas otras cuestiones para bloquearla. “También estamos dispuestos a hablar de esos temas –concedió Villegas–, pero que no los pongan encima de la mesa como una excusa para no afrontar la reforma electoral”.
La enérgica portavoz del grupo socialista, Margarita Robles, criticó por su parte que Cs sólo busque hacerse una foto, y generar gran expectación mediática, al tiempo que ayuda al PP a vetar en la Mesa del Congreso sus iniciativas o a posponer hasta el infinito su tramitación. Y recordó que sigue abierta en el Congreso, precisamente, una subcomisión para la reforma electoral, que insistió en que es donde sí se pueden “crear climas de consenso y acuerdo” para un propósito de tal calado. “Nos parece sorprendente que Cs bloquee con el PP todas las iniciativas sociales, y esté más preocupado por la reforma electoral –se quejó Robles–. La impresión final es que Cs está mucho más preocupado por tener más escaños que por los problemas de los ciudadanos”.
Sin mostrar ningún desánimo, no obstante, Villegas anunció que tras la cita de la semana pasada con Podemos y la de ayer con el PSOE, Cs se reunirá la próxima semana igualmente con el PP.
Las delegaciones de ambas formaciones se echan en cara sus bloqueos y vetos a las iniciativas reformistas