Hotelero por vocación
Hacía 23 años que se había jubilado y ya no dirigía el hotel Europa de Girona, que fundó en 1963, cuando esta ciudad no era ni una sombra del referente turístico en el que se ha convertido. Pero aun así, a sus 88 años, el hotelero Josep Carreras Feixas, cada mañana y hasta hace pocas semanas, se vestía de traje y corbata y saludaba en varios idiomas, siempre con la simpatía y amabilidad que le caracterizaba, a los clientes del establecimiento. “Llevaba el oficio muy adentro”, reconoce su hijo Josep, que asumió las riendas del negocio en 1994.
En el 2010, en una entrevista al diario El Punt, confesó que sería “hotelero hasta el día que Dios me llame”. Y así le recuerda –con su particular archivo de imágenes y artículos sobre los últimos 50 años del sector turístico, o en el hotel echando una mano cuando era necesario aunque ya estuviera jubilado– Jesús Pastor, quien fue gerente de la Associació d’Hostaleria de Girona. “Se desvivía por el sector y dejó huella”, añade Domènec Espadalé, presidente de la Cambra de Comerç de Girona.
Una vocación, la de hotelero, que descubrió tarde. Carreras, nacido el 5 de julio de 1929 en el seno de una familia de carniceros de Girona, trabajó en el negocio familiar hasta que a los 33 años inauguró el hotel Europa, que alojó en sus orígenes a muchos viajantes y representantes comerciales de empresas que pasaban la semana en la ciudad. Su hijo Josep recuerda que a los 20 años su único vínculo con el sector de la hostelería eran los numerosos viajes que realizaba “con su moto y con un cesto de mimbre cargado de carne” a Tossa de Mar, donde repartía la mercancía en un hotel. En esa época, el rodaje del film Pandora y el holandés errante, con Ava Gardner, convirtió aquel municipio en protagonista de una campaña de promoción que supuso el inicio del boom turístico de la Costa Brava.
Sin embargo, el interés de Carreras por la hostelería llegó más tarde. Su hijo recuerda que un viaje a París cambió su centro de interés. Se percató de que en ciudades medianas como Montpellier, Perpiñán, Figueres o Girona no existía una excesiva oferta hotelera, así que decidió entrar en el negocio reconvirtiendo un edificio de la familia en la calle Juli Garreta.
Pocas figuras reúnen tanto consenso como la de Carreras. Trabajador infatigable, amable y conciliador son algunos de los atributos que le definen, según los que coincidieron con él. En 1977 se convirtió en el primer presidente de la Associació d’Hostaleria de Girona, cargo que ahora ocupa su hijo. Durante su presidencia, en 1981, impulsó junto al gastrónomo Juli Lara la Setmana Gastronòmica de Girona, la muestra culinaria más antigua de Catalunya. También presidió la Federació d’Hostaleria entre 1989 y 1999, una década en la que se creó el Girona Convention Bureau, especializado en el turismo de negocios y reuniones.
El gerente del Grupo Costa Brava Verd Hotels, Martí Sabrià, que se convirtió en su mano derecha durante los años en que fue presidente de esta federación provincial, recuerda un viaje que realizaron, junto con la Cambra de Comerç al norte de Francia para conocer de primera mano el funcionamiento de las escuelas de hostelería. “Sabía que lo más importante para ser competitivos era la formación”, explica.
Galardonado con la medalla de Honor del Turisme de Catalunya, el que fue alcalde de Girona entre 1979 y el 2002, Joaquim Nadal, destaca la capacidad de diálogo, de aglutinar esfuerzos, unir voluntades y de tender puentes de Carreras, que se convirtió en el impulsor junto con otros hoteleros y restauradores del Hotel-Inform, la primera oficina de turismo de la ciudad a finales de los años sesenta.
Fundador del hotel Europa de Girona en 1963, impulsó el turismo de negocios y la Setmana Gastronòmica