Los actos vandálicos en los trenes de Rodalies costaron 10 millones de euros
Los actos vandálicos y los grafitis en los trenes de Rodalies supusieron un coste de más de 10 millones de euros durante el año 2017, lo que se traduce en más de 27.400 euros al día. Renfe cifra en seis millones de euros la inversión necesaria para reparar los daños ocasionados por cerca de 6.000 grafitis y engloba los cuatro millones de euros restantes en un registro de 2.123 denuncias relacionadas con actos vandálicos tales como roturas de cristales, destrozos del mobiliario o alteración del orden público.
El uso incívico de los trenes ha supuesto además un inconveniente para cerca de un millón de usuarios en forma de retrasos. El proceso de limpieza de un vagón grafiteado conlleva un día de tareas de mantenimiento, pero si el convoy sufre el acto vandálico en repetidas ocasiones tiene que pintarse entero, un perjuicio que afecta tanto a nivel económico como logístico por tener el vagón inhabilitado durante varias jornadas.
Las estaciones de Sabadell Sud, Mataró, Blanes y Vilanova i la Geltrú son los principales puntos negros de la red de Rodalies. En ellos se concentran el mayor número de actos vandálicos, según Renfe. Las incidencias se incrementan especialmente durante los meses de verano. El operador ferroviario asegura haber invertido 13,8 millones de euros en seguridad para sus instalaciones durante el año pasado y ha centrado esfuerzos en blindar las instalaciones en las que descansan los trenes para evitar asaltos de grafiteros por la noche.
El vandalismo en los trenes no sólo afecta a los vagones y al mobiliario de las estaciones, ya que Renfe ha anunciado un total de 177 agresiones físicas o verbales tanto a trabajadores de la compañía como a miembros de seguridad privada. Desde el Sindicato Profesional de Seguridad Privada (SPS) se reclaman mejoras tanto en las condiciones laborales como en los equipos con los que se dota a los vigilantes para que puedan llevar a cabo su labor. Los guardias se ven vulnerables ante los episodios de vandalismo que se viven en las estaciones ya que apenas están equipados con guantes anticortes. La mayor parte de la plantilla no dispone de chalecos que protejan de ataques con cuchillo o gorras para frenar las pedradas, una equipación que desde el sindicato se ve imprescindible para poder trabajar de forma segura. La asociación lamenta también la reducción del personal equipado con arma y la ausencia de unidades caninas.