Senderismo sobre nieve
Las raquetas, actividad alternativa en las pistas, invitan a acercarse a la montaña
Cada vez hay más gente que va a las pistas para pasear por la nieve. Atraídos por el entorno, la actividad permite acercarse a la montaña en invierno sin necesidad de calzarse los esquís. Sea por la demanda del público y por quienes regentan las propias estaciones, las raquetas se han hecho un hueco en todo el sector blanco. Una modalidad que tanto engancha a los senderistas como los excursionistas.
Tranquilidad o aventura. Cada uno elige. Las raquetas descubren otra forma de entender la nieve. Aptas para todos los públicos, los aproximadamente cincuenta centímetros que procuran estos artilugios brindan recorrer la orografía pirenaica sin hundirse en el elemento blanco. Originarias de los lapones o de los tramperos canadienses para poder desplazarse por el manto blanco durante el invierno, la actividad se puede practicar en cualquier estación de esquí, ya sea de alpino o nórdico.
Boí Taüll ofrece la modalidad como parte de la oferta de nieve. Roger Gras, guía de montaña y responsable de las actividades invernales de las pistas de la Alta Ribagorça, explica que “las raquetas van dirigidas a personas que esquían poco y que quieren ver de cerca la nieve”. Mientras los esquiadores descienden por las pistas, la estación organiza cada sábado, a las 10.00 horas, salidas guiadas con raquetas. La actividad, que cada vez tiene más adeptos, propone excursiones muy sencillas de hasta cinco km, para disfrutar de las espectaculares vistas de las montañas pirenaicas como el Aneto, Maladeta, Posets o Besiberris, entre otras.
Un tipo de paseos que igualmente permiten adentrarse hasta los lagos invernales en el entorno de Grandvalira. Las excursiones con guía parten desde los centros de actividades de aventura, ubicados en las áreas de El Tarter y Grau Roig.
Con sólo unas botas de montaña y algo de ropa de abrigo impermeable, las raquetas reúnen cada fin de semana un buen grupo de aficionados en las pistas de Vall de Núria. Una actividad que, al igual que en el resto de estaciones, se pude practicar a partir de los siete años.
Las raquetas dejan huella por donde pisan. Es el caso de las estaciones nórdicas, donde la actividad comparte pista con el esquí de fondo. Una huella perenne y directamente proporcional a la cantidad de nieve que hay este invierno. De esta forma, y por un precio de 4 euros, la Mancomunitat de estaciones de esquí de nórdico en Catalunya –Aransa, Lles, Guils Fontanera, Sant Joan de l’Erm, Tuixen-La Vansa, Tavascan, Virò sVallfarrera– ofrece más de un centenar de circuitos para disfrutar de la naturaleza en libertad.
EXCURSIONES A LA CARTA Las pistas de Boí Taüll, Vall de Núria o Grandvalira, entre otras, ofrecen salidas cada fin de semana