Tarrés vuelve al Mundial con moto propia y Adam Raga
Dieciocho años después de bajarse de la moto, el siete veces campeón del mundo de trial Jordi Tarrés (Rellinars, 1966) vuelve al Mundial, esta vez como director deportivo y alma de un nuevo equipo y proyecto industrial, con moto propia, la TRS One, y Adam Raga como piloto insignia. El de Ulldecona, subcampeón mundial este año, se reencuentra con su “padre-entrenador”, la persona de quien lo aprendió “todo en el mundo del trial”, en busca de un trono que se le ha resistido los últimos nueve años, en manos del casi imbatible Toni Bou.
“Esta moto será la bomba; es un proyecto que me encanta, porque Jordi sabe muchísimo, la moto la ha hecho toda él, pero es la máquina que me habría gustado hacer a mí”, comentaba ilusionado Adam Raga (33), que emprende una nueva etapa de tres años con Tarrés, después de dejar atrás casi dos décadas con Gas Gas y un último campeonato en precario por culpa de la quiebra de la fábrica de Salt, que lo dejó sin estructura y sin recambios.
Ahora con la TRS, una moto ligera, de 65 kg, chasis de aluminio y motor y diseño de fabricación propia, Raga espera “llevar la moto, la mejor que se ha hecho en trial, al lugar más alto del podio” y batirse con Bou por el título. “Es un sueño, pero podemos hacerlo porque tenemos al piloto adecuado”, comentaba Tarrés, que formó y dirigió los pasos de Raga durante 12 años en Rellinars.
La firma TRS, con sede en Sant Fruitós de Bages y 10 trabajadores, producirá unas 750 unidades en el primer ejercicio (2016). “Esperamos alcanzar un 25% de la cuota del mercado mundial en 3-4 años”, explicaba el director comercial, Marc Arañó. La inversión inicial es de 2 millones de euros.