Adiós al teniente general
Barcelona ha sido el último destino del teniente general Ricardo Álvarez-Espejo, que pasa a la reserva y vuelve a Madrid. Después de diversos destinos en España y en misiones en el extranjero, Álvarez-Espejo llegó al palacio de Capitanía en agosto del 2013 para hacerse cargo de la inspección general del ejército y en estos tres años y medio se ha sentido como en casa. Así lo expresó el alto mando militar el jueves, en una cena privada en el Círculo Ecuestre, organizada por Borja García Nieto y Enrique Lacalle. El aforo estaba al completo: 205 personas, en su mayoría empresarios. Como regalo de despedida, recibió un cuadro de la fachada de Capitanía y un grabado del general Prim. Y se proyectó un vídeo que recogía los momentos importantes de su carrera militar, desde la época de cadete hasta los últimos años en Barcelona, donde se mostraron imágenes del teniente en actos públicos, con autoridades, pero también en los campos del Barça y el Espanyol y en el Palau de la Música y el Liceu, disfrutando de la música y el fútbol, sus dos grandes aficiones.