Fillon es rechazado por su propia familia política, que mira a Macron
La situación del ex primer ministro François Fillon, candidato de la derecha francesa a la presidencia, se hace cada día más insostenible.
Siete de cada diez franceses creen que Fillon, sospechoso de haberse embolsado centenares de miles de euros con los empleos presuntamente ficticios de su esposa y sus hijos a lo largo de más de una década, debería renunciar a la elección presidencial. Pero lo peor para Fillon es que la mayoría de los simpatizantes de la derecha participan también de esa opinión, mientras que algunos medios de comunicación muy significativos comienzan a apostar abiertamente por el joven exministro de Economía y candidato Emmanuel Macron, que según los sondeos ya lidera la intención de voto, sólo por detrás de la candidata de la ultraderecha, Marine Le Pen, incapacitada, mientras no se demuestre lo contrario, para ganar en una segunda vuelta a causa de la alergia que suscita en una mayoría del electorado.
Según un sondeo de Opinioway publicado por el diario Les Echos, portavoz de las finanzas y cada vez más favorable a Macron, la candidata del Frente Nacional ha ganado un punto y encabeza la clasificación con el 25% de la intención de voto. Le sigue Macron con un 21% y Fillon, con un 20%. En una segunda vuelta, Macron vencería a Le Pen por un 65% contra un 35%, mientras que Fillon lo haría por 60% contra 40%. Pero de momento, el problema de Fillon es pasar a la segunda vuelta, donde sólo caben dos.
Acosado por el llamado Penelopegate e investigado por la justicia, Fillon respondió el día 6 a las acusaciones en una preparada conferencia de prensa. El jueves, sus abogados cuestionaron la propia investigación al calificarla de ilegal. Lo menos que puede decirse es que este contraataque no ha funcionado: el 79% de las personas preguntadas declaran no haber sido convencidas por los argumentos de Fillon. El 61% de los simpatizantes de la derecha, tampoco. Un 74% de los franceses y un 53% de los electores de la derecha declaran ahora tener una “mala opinión” del candidato”. Desde noviembre su prestigio ha caído 29 puntos y 15 puntos entre sus partidarios, explica Gaël Sliman, presidente de la sociedad de sondeos demoscópicos Odoxa.
En los últimos días el candidato ha sido objeto de abucheos y protestas, minoritarias pero letales para su imagen, allí donde ha ido a dar un mitin. Su equipo ha intentado ahorrarle todo contacto directo con la población. La situación parece insostenible.