Misión, el fondo del mar
Ictineu quiere rentabilizar el negocio con la venta de baterías de ion-litio-polímero al exterior
El 70% del planeta es agua y se calcula que el ser humano no ha explorado ni el 5%. Hacen falta herramientas para descubrirlo y para tratar emergencias”. Tras el hundimiento del Prestige, Pere Forès se puso entre ceja y ceja la idea de crear el “mejor submarino científico del mundo”. Este diseñador industrial había trabajado en la construcción de barcos de regatas y había llevado el mantenimiento de un submarino en las islas Azores. Contactó con Carme Parareda, ingeniera técnica especializada en topografía, y juntos diseñaron un submarino que tenía que ser más ligero y más resistente que el resto. Presentaron el proyecto en Biz Barcelona y se llevaron el premio al mejor plan de empresa. Impulsados por el reconocimiento, captaron casi 1 millón con aportaciones de inversores privados y en el 2007 se constituyeron como Ictineu Submarins. Empezaron el proyecto en Barcelona Activa y, en el 2010, se trasladaron a Sant Feliu de Llobregat.
Para hacer realidad el Ictineu 3 Forès y Parareda necesitaban más financiación y, con la crisis encima, no fue fácil conseguirlo. “Los planes se retrasaron un tiempo, hasta que, con subvenciones, préstamos, micromecenazgo y nuevas ampliaciones de capital conseguimos sumar 2 millones de euros más. Hoy somos 29 socios y los fundadores mantenemos la mayoría”.
Forès explica que el Ictineu 3 hizo la primera inmersión en el mar en el 2015. Llegó a los 1.000 metros de profundidad y volvió a subir, “que no es poco”, bromea.
El Ictineu 3 quizás no es el mejor submarino del mundo. Pero casi. Según la empresa, “es el segundo submarino de Europa y el noveno del mundo capaz de llegar a tanta profundidad. También es el primer submarino científico eléctrico del mundo que puede recorrer 40 km debajo del agua,
La empresa ha captado 3 millones para crear el submarino, que alquila para la ciencia y la arqueología
teniendo en cuenta, además, que pesa la mitad que el resto”.
Forès explica que el éxito del submarino está en la estructura y los materiales. Sobre todo, en las baterías de ion-litio-polímero, material que permite generar energía hasta 5 veces más que sus homólogos. La compañía tiene las baterías patentadas y, desde el 2015, las produce en Sant Feliu y las vende en Japón, EE.UU., Alemania y Francia. El año pasado vendió 5 y facturó más de 300.000 euros. Este año, prevé vender unas 15 y llegar a los 2 millones de facturación, con la entrada en mercados como Italia o China.
Ahora, el Ictineu 3 se alquila a la ciencia, la arqueología y a la televisión. Forès explica que la empresa (que hoy emplea a 6 personas) está abierta a fabricar otro si el cliente lo pide.