La miss que busca mejorar la sonrisa universal
Se acaba de entregar el título de miss Universo y, más de seis décadas después que Christiane Martel se coronara como tal en 1953, otra francesa ha vuelto a lograr ser la mujer más bella de este universo. Es muy fácil caer en los tópicos, y más si uno se adentra en el mundo de los certámenes de belleza. Pero Iris Mittenaere lo tiene todo: piel canela, 173 centímetros de altura, exorbitantes ojos color chocolate, larga melena castaña, cejas perfectamente delineadas y una sonrisa de vértigo.
Siempre hablamos de sonrisa y no tanto de dentadura, pero a Iris Mittenaere le apasiona el cuidado de la boca. Tanto, que es estudiante de Cirugía Dental en la Facultad de Medicina de la Universidad de Henri Warembourg (Lille, Francia). Cuando era niña tuvo muchos problemas con su dentadura y su vida dio un vuelco cuando su odontólogo le cambió su sonrisa. Su sueño es hacer lo mismo con sus futuros pacientes.
La belleza brilla desde dentro hacia fuera. Del cosmos: una de las prioridades del certamen es el apoyo y la promoción de ONG de todo tipo y su labor humanitaria. La flamante miss Universo quiere cuidar la salud bucal del mundo y aprovechar su notoriedad para empezar una campaña mundial de concienciación sobre la importancia del cuidado e higiene dental. Ha empezado a colaborar con Smile Train, una de las mayores organizaciones benéficas en América. Es una asociación que proporciona cirugías de hendidura gratuitas para niños que viven en países pobres.
Con 23 años recién cumplidos, e oriunda de Lille, Mittenaere es fan de Beyoncé y su himno personal se adecua a su nueva corona: Run the world (girls). Como buena francesa que se precie, le gusta cocinar –aunque antes se comerá un helado que una tarte tatin y elegirá el chocolate por sobre de la vainilla–.
Como tantas niñas, de pequeña practicó ballet, gimnasia, equitación e incluso hizo algún pinito teatral. Ahora es fácil verla practicando deportes extremos como el paracaidismo, ala delta o puenting. Incluso llegó a competir en el Ninja Warrior France, aunque es una experiencia que le avergüenza un poco; resbaló, cayó al agua fría y la eliminaron de la primera ronda.
Hija de maestros, Iris es una gran lectora. Un buen libro siempre será mejor que una película –aunque nunca se canse de ver La vida es bella de Roberto Benigni–. Es ave nocturna y odia que el despertador suene demasiado temprano. Si le dan a elegir, escoge la playa en vez de la montaña y Nueva York antes que Los Ángeles.
Viajar es otra de sus grandes pasiones, y ahora gracias a su premio podrá aprovechar para visitar diferentes países llevando a cabo obras de caridad en el ámbito de la escolarización con el objetivo que todos los niños tengan acceso a la educación.
Llevar la corona de la mujer más bella tiene sus beneficios. Además de un enorme ramo de flores, el aplauso del público y el reconocimiento mundial, la nueva miss ganará durante el reinado alrededor de medio millón de dólares (unos 450.000 euros) además de un sueldo de 20.000 dólares mensuales (algo más de 18.000 euros), un apartamento de lujo en Nueva York con todos los gastos pagados y un estilista personal, entre otras cosas.
Otro tema de interés para Mittenaere durante su reinado es su colaboración con dos asociaciones: la primera, Bienvenue-Tongasoa, dedicada a apoyar un orfanato, una clínica gratuita y escuelas rurales en Madagascar; y la segunda, Les Bonnes Fées, que se encarga de ayudar a mujeres y niños que sufren enfermedades crónicas o viven en situaciones de extrema pobreza.
Ser bella no es una cara y un cuerpo bonito. En el 2017, es también tener una dentadura perfecta.
LA MODELO IRIS MITTENAERE APROVECHARÁ SU REINADO COMO MISS UNIVERSO PARA INICIAR UNA CAMPAÑA MUNDIAL SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA HIGIENE BUCAL