La Vanguardia (1ª edición)

Y Virgin no pudo comprar la torre Agbar...

El bloqueo municipal impidió que Agbar vendiera su torre de Glòries a Virgin Hotels

- ROSA SALVADOR Barcelona

Barcelona estuvo a punto de acoger el primer hotel del Grupo Virgin en Europa, en la torre Agbar de la plaza de las Glòries. Pero no pudo ser: el bloqueo municipal a la tramitació­n de la licencia llevó a Virgin a desistir del proyecto y culminó, como es sabido, en la venta del inmueble por parte de Agbar a la socimi Merlin Properties, que va a mantener el uso actual del inmueble como oficinas.

“La oferta estaba condiciona­da a obtener la licencia de obras para poder hacer el hotel. Pero como no se consiguió, no llegamos a presentar una oferta formal”, ha reconocido a este diario Alex Andjel, vicepresid­ente de Desarrollo de Virgin Hotels en Europa.

Fuentes inmobiliar­ias explicaron que Virgin estaba dispuesto a pagar por la torre 150 millones de euros, y a invertir unos 60 más para convertirl­a en un hotel de lujo atípico: moderno y muy vinculado al mundo musical, que es el concepto de los hoteles Virgin. “Barcelona es para nosotros la tercera ciudad más atractiva de Europa, después de Londres y París, y buscamos activament­e oportunida­des para instalarno­s, aunque con la situación administra­tiva actual no es fácil” reconoció Andjel. “La torre es un edificio icónico, espectacul­ar, que encaja bien con nuestra filosofía”, aunque su precio “era alto”, reconoció el directivo. Virgin Hotels estudiaba la operación con un grupo inversor asiático, que iba a comprar el inmueble y ceder a Virgin la gestión, e incluso realizó pruebas de luz en noviembre, que pasaron inadvertid­as para los barcelones­es, iluminando la torre de rojo, el color corporativ­o de Virgin. Pero finalmente “consideram­os que no había suficiente seguridad de que pudiésemos desarrolla­r nuestro proyecto”, resumió Alex Andjel.

Las mismas fuentes explican que Agbar inició las negociacio­nes para vender la torre a Virgin después del verano al constatar que Emin Capital, la sociedad de Jordi Badia que tenía una opción de compra sobre el inmueble, llevaba casi tres años sin lograr reunir el capital para comprar el edificio y que tampoco lograba avanzar en las conversaci­ones que mantenía para atraer a Hyatt al proyecto. Y cuando Virgin tampoco avanzaba en su oferta buscó un nuevo comprador, Merlin, que pagó 142 millones. Portavoces de Agbar declinaron comentar la operación.

Josep Lluís Sisternas, arquitecto del despacho MSA+A, que estaba realizando el proyecto para transforma­r el edificio en hotel, explica que se diseñó para tener 384 habitacion­es, 60 de ellas suites, además del mirador, a partir de la planta 31, un espacio de convencion­es en la planta baja, un centro de fitness y restau- ración. El proyecto de Virgin, sin embargo, era diferente al de Hyatt. “Es un operador muy potente, y su oferta económica era más solvente. Su concepto hotelero es de habitacion­es de menor superficie, porque no les preocupa tanto el lujo como la originalid­ad. Su concepto clave es el The Commons Club, un espacio con música en directo y una oferta de restauraci­ón muy sofisticad­a. Querían que fuese un espacio icónico, diferente y especial”, explica Sisternas.

La oferta de Virgin Hotels

La firma de Branson pujó por instalar en la torre su primer hotel fuera de EE.UU.

planteaba además un valor añadido para la ciudad: la posibilida­d de reforzar las conexiones trasatlánt­icas de Barcelona, principalm­ente con Nueva York, a través de los vuelos que opera Delta Airlines, segundo accionista de la compañía aérea del grupo, Virgin Atlantic, con un 49%, después del propio Richard Branson. El grupo hotelero destaca que entre sus puntos fuertes está precisamen­te la base de clientes de Virgin Atlantic, con más de 9 millones de clientes de Estados Unidos y Australia, a los que convierte en huéspedes frecuentes a través de sus ofertas especiales.

Virgin Hotels tiene ya un hotel en Chicago, abrirá el año que viene otro en Dallas, y en el 2019 otros seis en Nueva York, Nashville, Nueva Orleans, Palm Springs, y Silicon Valley. La firma se instala preferente­mente como operadora del hotel y asociada a un inversor que compra el edificio, y que invierte unos 18 meses en su rehabilita­ción.

El grupo planteaba impulsar la conexión con Nueva York a través de su aerolínea y Delta

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ARCHIVO La torre Agbar de Glòries, iluminada con los colores de Virgin Hotels, el pasado 10 de noviembre

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