Trump y la Moncloa
Le faltaron reflejos o creyó que se trataba de una conversación de cortesía. Lo cierto es que cuando Trump telefoneó a Rajoy el miércoles, nuestro presidente no estuvo lo acertado que podía suponerse. Fue tan ingenuo como para proponerle la mediación española en Europa y América Latina, cuando lo que parecía de rigor era trasladarle un mensaje similar al de Merkel, al de Hollande e, incluso, al del polaco Tusk. O sea, un recado crítico a su terrible trayectoria de medidas restrictivas. Se da la circunstancia de que la población española es en Europa la que menos apoya las políticas del presidente norteamericano (el 41%). O sea, que la oposición ha encontrado una fisura por la que deslizar una impresión insidiosa: una supuesta e irreal complacencia del PP con el populismo trumpista.