Educar en la gestión del uso
LA ENTREGA. Pactar su uso en cuanto a tiempos y dejar claros los espacios en los que el móvil queda excluido. También hablar sobre el acceso a redes sociales, especialmente en edades tempranas. ESPACIOS. Decidir limitaciones de uso en ciertos contextos como los deberes, comidas o cenas y actividades familiares. EL EJEMPLO. De nada sirven los discursos si no se practica con el ejemplo. Vale la imagen del padre que amonesta a su hijo por usar el móvil en el restaurante mientras él responde watsaps y llamadas. SUPERVISIÓN. Estar en las redes sociales de los hijos. Acompañarles en la gestión con indicaciones del tipo de no añadir a nadie que no conozca, bloquear si alguien hace sentir incómodo y reflexiones sobre si 500 seguidores son realmente amigos. EL TIEMPO. Incidir si la vorágine social ocupa excesivo tiempo. Dado que la capacidad de análisis y organización de los adolescentes es más limitada que la de los adultos, ayudarles a reflexionar sobre cómo emplear el tiempo con sentido