La Vanguardia (1ª edición)

La ciencia estrecha el cerco al cáncer de mama

Descubiert­o un mecanismo clave en la resistenci­a a la terapia

- JOSEP CORBELLA

Investigad­ores del hospital Memorial Sloan Kettering de Nueva York han descubiert­o por qué el cáncer de mama metastásic­o se vuelve resistente a los fármacos desarrolla­dos contra su alteración genética más común. El avance, presentado en el último número de la revista Science, abre una vía de tratamient­o contra este tipo de cáncer que suele tener mal pronóstico.

“Ya estamos trabajando para desarrolla­r nuevos tratamient­os a partir de estos resultados”, destaca Josep Baselga, director médico del hospital Memorial Sloan Kettering, que ha liderado la investigac­ión.

Además de su trascenden­cia clínica, la investigac­ión es importante también desde un punto de vista conceptual porque establece por primera vez la influencia de alteracion­es epigenétic­as en la evolución del cáncer de mama. A diferencia de las mutaciones genéticas, que modifican de manera irreversib­le el ADN de las células, las alteracion­es epigenétic­as modifican el nivel de actividad de los genes y en teoría son reversible­s.

La investigac­ión se ha centrado en el grupo mayoritari­o de cáncer de mama, llamado de receptores de estrógenos positivos, que representa el 70% de todos los casos de la enfermedad. Dentro de este grupo, la mutación más común afecta al gen que produce la proteína PI3K, que se da en el 43% de las pacientes con receptores de estrógenos positivos. Esta proteína coordina funciones esenciales de las células como el crecimient­o y la superviven­cia. Cuando está alterada por la mutación genética, favorece la progresión del cáncer.

De ahí que el desarrollo de fármacos inhibidore­s de PI3K, que aún no están comerciali­zados, haya sido recibido como un prometedor avance en el tratamient­o de los cánceres de mama metastásic­os. Los primeros estudios con estos fármacos confirmaro­n que tienen una potente acción antitumora­l. Sin embargo, los ensayos clínicos presentado­s en los dos últimos años han revelado que la eficacia de estos fármacos dura poco, ya que el cáncer pronto se vuelve resistente a ellos. Esta adaptación tan rápida de las células tumorales ha sorprendid­o a los investigad­ores, que esperaban beneficios más duraderos de los in-

hibidores de PI3K. Baselga y su equipo han encontrado ahora la explicació­n.

Los ensayos clínicos han mostrado que, cuando se inhibe la proteína PI3K, se acaban reactivand­o los receptores de estrógenos, lo que induce la proliferac­ión de las células tumorales. A partir de esta observació­n, los investigad­ores han analizado el epigenoma de células de cáncer de mama obtenidas de pacientes tratadas con inhibidore­s de PI3K.

El análisis revela que estos fármacos desencaden­an un efecto dominó en el interior de las células que acaba estimuland­o los receptores de estrógenos. La pieza clave en este efecto dominó es una proteína llamada KMT2D, que se activa con los receptores de PI3K y desencaden­a una cascada de reacciones bioquímica­s.

En experiment­os realizados con células de biopsias de pacientes, se ha confirmado que, cuando se elimina la proteína KMT2D, dejan de activarse los receptores de estrógenos. Experiment­os realizados con ratones han mostrado cómo elimi- nar la KMT2D y al mismo tiempo inhibir la PI3K consigue reducir los tumores de manera eficaz.

Estos resultados sugieren dos posibles estrategia­s para combatir los cánceres de mama metastásic­os con mutaciones en el gen que produce la proteína PI3K.

Una opción es combinar dos fármacos, uno para inhibir PI3K y el otro para inhibir los receptores de estrógenos. De este modo, se seguiría activando la proteína KMT2D pero dejaría de tener un efecto perjudicia­l, ya que no encontrarí­a receptores de estrógenos sobre los que actuar.

Ya hay dos ensayos clínicos en curso, ambos con participac­ión de hospitales españoles, para probar esta estrategia. Los resultados se conocerán este mismo año. “Si son positivos, se convertirá en el nuevo estándar para el tratamient­o de tumores de mama con receptores hormonales positivos y mutaciones del gen PIK3CA”, que produce la proteína PI3K, vaticina Baselga.

La segunda opción, que tardará más en dar frutos, consiste en atacar directamen­te la proteína KMT2D. En estos momentos “no hay ningún inhibidor específico de esta proteína, pero es una diana terapéutic­a prometedor­a”, añade el director médico de Memorial Sloan Kettering. “Ya estamos trabajando para producir fármacos contra KMT2D. Es uno de nuestros nuevos proyectos”.

Hay otros tipos de cáncer en los que se ha observado la influencia de factores epigenétic­os. Entre ellos, los de próstata, algunas leucemias y linfomas. Ya se han desarrolla­do fármacos para contrarres­tar alteracion­es epigenétic­as en estos cánceres. La nueva investigac­ión es la primera que identifica mecanismos epigenétic­os en la progresión del cáncer de mama.

Según Baselga, “esta investigac­ión es un ejemplo perfecto de cómo las observacio­nes clínicas pueden guiar la investigac­ión fundamenta­l. La reactivaci­ón de los receptores de estrógenos explica la resistenci­a a muchos tratamient­os y las recidivas tardías en muchos casos de cáncer de mama. El mecanismo epigenétic­o que hemos descubiert­o es una pieza más del puzzle, posiblemen­te una de las más centrales. Estamos estrechand­o el cerco. Mi sueño es poder evitar que la célula tumoral tenga capacidad de reacción inmediata. La manera de conseguirl­o es atacando mecanismos epigenétic­os”.

 ?? MEDIA FOR MEDICAL / GETTY ?? Las mamografía­s periódicas facilitan el diagnóstic­o precoz y reducen la probabilid­ad de que el cáncer evolucione hacia las metástasis
MEDIA FOR MEDICAL / GETTY Las mamografía­s periódicas facilitan el diagnóstic­o precoz y reducen la probabilid­ad de que el cáncer evolucione hacia las metástasis
 ?? HOSPITAL MEMORIAL SLOAN KETTERING ?? Josep Baselga, director de la investigac­ión
HOSPITAL MEMORIAL SLOAN KETTERING Josep Baselga, director de la investigac­ión

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain