La Vanguardia (1ª edición)

Barcelona prepara medidas para que los turistas paguen las multas

El Ayuntamien­to quiere que la nueva ordenanza de civismo sea más dura con los visitantes

- LUIS BENVENUTY Barcelona

El gobierno de la alcaldesa Ada Colau piensa que la ordenanza de civismo está desfasada, que la Barcelona que la pergeñó doce años atrás no tiene nada que ver con la de la actualidad, que los problemas de convivenci­a que entonces se producían en el espacio público son muy diferentes de los de hoy. La norma ya no es efectiva. El cuarto teniente de alcalde, Jaume Asens, subraya que la mayor parte de las multas que se tramitan en virtud de esta norma no se cobran. Y destaca dos colectivos, el de los turistas incívicos y el de las personas en situación de vulnerabil­idad. “Unos no pagan porque no quieren y otros porque no pueUno –sigue el teniente de alcalde–. A unos las multas les importan poco y a otros los estigmatiz­an más”.

El gobierno pretende que la reforma de la ordenanza de civismo sirva para apretar las clavijas a los visitantes que no saben pasárselo bien sin molestar, y también para plantear otras medidas para aquellos que duermen en la calle, que piden limosna, que ejercen la prostituci­ón... Y ya está dando los primeros para ello. La mayor parte de los concejales de la oposición son muy críticos con las políticas del gobierno municipal en materia de civismo, pero no cierran la puerta a una posible negociació­n. En todo caso la gestión municipal del top manta durante las próximas semanas determinar­á estas conversaci­ones.

Asens detalla que leyes españolas y europeas no facilitan el cobro de sanciones a no ser que su importe sea superior a los 1.500 euros y tengan un carácter penal. “Tenemos que hacer un frente de ciudades afectadas para presionar al Estado y a la Unión Europea, pero que también nos ayude a coordinarn­os”. El gobierno entiende que, también en el cobro de multas, las ciudades tienen mucho que decir. “Un camino que estamos estudiando es la elaboració­n de convenios bilaterale­s, que las autoridade­s de otras poblacione­s nos ayuden a cobrar las multas de vecinos suyos que cometieron infraccion­es aquí, y viceversa”. El Ayuntamien­to también se plantea la creación de un cuerpo de agentes cívicos dirigidos a los turistas, llevar a cabo campañas de conciencia­ción en hoteles, albergues, hostales... y también en los países de los turistas. de los problemas que supone el impago es que provoca sensación de impunidad, de que aquí todo vale y no pasa nada. “Queremos poner fin a esa creencia”.

Además, continúa Asens, el Ayuntamien­to estudia la viabilidad de otras medidas mucho más complicada­s. Como que agentes de la Guardia Urbana informen de un modo especialme­nte diligente a los turistas infractore­s de las múltiples ventajas del pronto pago. O que los hoteles gestionen una finanza cívica. “Dado que los hoteles ya cobran la tasa turística y que la mayoría de pagos se hacen con tarjeta de crédito es una medida posible, pero no sabemos si los hoteles estarían disden

puestos a realizar esta gestión. Además, requeriría de un cambio normativo de carácter autonómico. No podría hacerse sólo en Barcelona”.

El futuro tratamient­o de los colectivos vulnerable­s está más verde. Las pretension­es municipale­s son más complicada­s, van más allá de la gestión de cobros. Al gobierno le gustaría sacar a los más necesitado­s de la ordenanza de civismo, regular su comportami­ento de otro modo. Asens explica que las multas a personas en condicione­s muy precarias están siendo sustituida­s por actuacione­s de los servicios sociales, pero reconoce que estos trabajos aún han de reforzarse. Añade que la ley estatal de seguridad ciudadana, la ley mordaza, es una norma de rango superior más permisiva en cuanto a la prostituci­ón se refiere que la propia ordenanza de civismo. “Así que sólo multamos a los clientes”. Son las sanciones que con más facilidad se cobran en Barcelona.

Joaquim Forn, del grupo Demòcrata, se muestra abierto a una revisión de la ordenanza, “sobre todo si va encaminada a mejorar el cobro de las sanciones a los turistas incívicos. De todas formas nos preocupa la falta de voluntad política del gobierno a la hora de aplicar la ordenanza, una actitud que está disparando muchos problemas, como el top manta”. El republican­o Alfred Bosch también se muestra partidario de la reforma. “Esta ordenanza no soluciona los problemas. Hemos de separar el incivismo de los problemas sociales”. Según Carina Mejías, de Cs, “Barcelona no tiene una ordenanza que determine las normas de comportami­ento ni de vecinos ni de visitantes y, por eso, se están generaliza­ndo los comportami­entos incívicos”. Incluso el PSC, padre de la ordenanza, reconoce que la norma debe ser actualizad­a. El pacto de gobierno con BComú no corre peligro, por ahora. “La ordenanza tiene que disciplina­r a los turistas incívicos –dice el teniente de alcalde Jaume Collboni–, y también hay que revisar los aspectos en los que no se protege a las personas vulnerable­s”. El PP tampoco se cierra a una modificaci­ón, pero, según señala Ángeles Esteller, también ha de servir para atender a las personas perjudicad­as por el incivismo.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Unos de fiesta y otros... Tres turistas se lo pasan muy bien en el centro de Barcelona junto a un músico callejero al que le pidieron prestado el acordeón
ÀLEX GARCIA Unos de fiesta y otros... Tres turistas se lo pasan muy bien en el centro de Barcelona junto a un músico callejero al que le pidieron prestado el acordeón

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain