De los lateros a los manteros
Los vendedores ambulantes de latas de cerveza fueron uno de las grandes desencadenantes de la ordenanza de civismo. Miles de asiáticos irrumpieron en la noche con su ya conocida cantinela de cerveza, beer... ¡a un euro! En aquellos tiempos de euforia económica los pubs cobraban al menos tres euros por una birra. Muchos sintieron que los lateros eran todo un servicio público. Muchos bebían más camino de los bares que en los bares. Y dueños de garitos que pagan impuestos calificaron a los lateros de plaga, de amenaza del sector, de origen de miles de peleas... En nueve años la Guardia Urbana confiscó más de nueve millones de latas. Además, los lateros son el colectivo más multado en virtud de la ordenanza de civismo. En el 2014 el Ayuntamiento tramitó 26.381 sanciones por este concepto. Pero sólo consiguió cobrar 85, el 0,32%.
Las multas no estabilizaron la presencia de lateros. Su incidencia no tiene nada que ver con la de diez años atrás porque muchos de sus clientes vieron que guardan las latas en las alcantarillas. Y la crisis redujo el número de gente de marcha. Además, hoy la atención pública se centra en los manteros. Las medidas de Colau al respecto crean una gran controversia. Tanto que la coletilla “Y los manteros qué” es habitual entre muchos de los que discrepan de las políticas municipales. Ahora la gran amenaza de los comerciantes que pagan impuestos son los manteros.