¿Artistas rumbo al Ártico?
Alexander Ponomarev, alma máter de esta bienal, se confiesa de madrugada en la biblioteca del barco, situada junto a su camarote. Admite lo que todos sospechaban, que el término bienal lo usó como un señuelo para captar la atención de los patrocinadores: “Suena mejor que Viaje de Artistas a la Antártida, ¿verdad?”. Puede que el nombre de la cosa sea lo de menos, porque este es un proyecto personal suyo cuya solvencia puedes o no compartir, se llame como se llame. Le preguntamos si cree que la bienal es en realidad un poema con su firma en el que los artistas ejercen de versos sueltos. Sonríe y responde con una evasiva: “La bienal es arte de aventura, lo que no quiere decir que sea arte de provocación”. Este proyecto, cuyos resultados se presentarán en la próxima Bienal de Venecia, tendrá continuidad, aunque no necesariamente en la Antártida. Ponomarev, artista y marinero (niega que exista la condición de exmarinero), menciona el Ártico o Groenlandia como posibles destinos futuros.