El acuerdo más difícil
“El presidente Trump eligió Oriente Medio como primer destino para lograr tres objetivos”, declaró ayer a La Vanguardia un destacado diplomático norteamericano que le acompaña en el viaje. “Podemos decir que ya ha logrado dos y parte del tercero”, añadió. El primero sería cambiar su imagen de antimusulmán, para lo que se ha presentado en Riad como líder de una campaña contra el terrorismo islamista en la que quiere como socios a los países árabes suníes. El segundo, reconstruir los vínculos con la familia real saudí, con ventas de armas multimillonarias, inversiones mutuas y la creación de miles de puestos de trabajo. En cuanto al tercero, la reanudación del proceso de paz entre israelíes y palestinos con el apoyo de las naciones árabes pragmáticas, los norteamericanos creen que están en el buen camino. Trump pidió el domingo a las naciones árabes que suavicen el plan saudí de paz del 2002, y ofrezcan inmediatamente a Israel una normalización gradual de relaciones. A Israel le pedirá hoy que adopte oficialmente el plan árabe de paz, detenga la construcción de asentamientos fuera de los tres grandes bloques –o sea, en territorio que tendría que ser parte del futuro Estado palestino– y ayude a mejorar la situación económica de los palestinos. A estos les exigirá que detengan la incitación a la violencia en medios de comunicación y redes sociales, y que congelen el pago de ayudas a las familias de los terroristas.