Aún hay sombras de complicidades políticas
Los casos judiciales nunca se cierran del todo en Italia, menos todavía cuando se trata de actos mafiosos de gran envergadura como los asesinatos de Falcone y Borsellino, verdaderos actos de guerra, con voluntad de desestabilizar y chantajear al Estado. En principio fueron la venganza de la cúpula de la Cosa Nostra por el maxiproceso de cinco años antes, el mayor golpe asestado jamás a la mafia siciliana. Pero siempre se ha sospechado que en las muertes de los jueces y en otros atentados de la misma época hubo oscuras complicidades de gente poderosa a la que no interesaba desmantelar por completo la mafia. Aquellas matanzas coincidieron con el terremoto del escándalo de corrupción conocido como Tangentopoli y la ofensiva judicial Manos limpias. El escenario político cambió. Desaparecieron partidos y entraron en escena otros actores. Aunque ha habido varias investigaciones, nunca se ha aclarado la trama paralela detrás del reto de Cosa Nostra al Estado.