Sánchez aterriza en la realidad
PEDRO Sánchez ha vuelto a la primera línea política y de qué manera. Su victoria rotunda en las primarias del PSOE ha provocado todo tipo de reacciones –salvo la indiferencia– y desde los ángulos más dispares: justificaciones de los perdedores –el expresidente Rodríguez Zapatero alegó que su apoyo a Díaz venía “muy condicionado por las circunstancias”– a los consejos de parte, como el del comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, muy interesado en tachar de “ilusorio” un hipotético “incremento masivo” del déficit público como opción para reducir el desempleo en España.
Con todo, la jornada fue tranquila, desde la reacción imperceptible de los mercados hasta la deliberada discreción de Pedro Sánchez, cuya prioridad ahora es acondicionar el PSOE y el grupo parlamentario en el Congreso a sus intereses y afinidades. La misma noche del domingo, el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, presentó la dimisión, gesto inevitable. Nombrar un sustituto –en este caso las quinielas apuntan a una sustituta– es urgente para Sánchez, que no tiene acta de diputado tras renunciar a ella para no participar en la investidura de Mariano Rajoy. Un gesto quijotesco que le puede pasar factura en los próximos meses y le restará visibilidad en los debates importantes del hemiciclo. De ahí la importancia de nombrar un portavoz muy de su gusto. La otra urgencia es crear un equipo que permita llegar al congreso federal del PSOE del 16 al 18 de junio con todo pactado para disipar la cacofonía del partido y establecer una convivencia con los llamados barones territoriales, entre los que contó con muy pocos apoyos.
Sánchez tiene tiempo por delante para rehacer la credibilidad del PSOE como alternativa al PP y clarificar la relación con Podemos (está por ver a quién considera el verdadero rival a corto plazo). Ya no hay urgencias como el desgobierno de España ni ultimátums ni tensiones. Hay tiempo. Antes de pensar en la Moncloa, Pedro Sánchez está obligado a cohesionar el PSOE y borrar sus pulsiones cainitas.