No hay que sufrir
Por suerte ayer Jordi Turull –presidente del grupo de Junts pel Sí– desmentía la información del scoop de El País: el análisis del borrador de la ley de Transitoriedad Jurídica, la “ley fundacional” que será el bypass en virtud del cual aparecerá un nuevo “Estado de derecho, democrático y social” como lo hace un conejo del sombrero de copa de un mago. Tal como se explicita en la disposición final, el truco sería este: prohibición del referéndum por parte del Gobierno español, constatado el impedimento el Govern catalán y el Parlament aprueban la ley y, alehop, Catalunya independiente. A primera hora Turull lo desmentía. Afortunadamente. Porque, en el caso remotísimo de que la información desplegada contuviera unas pocas migas de verdad, la aprobación del borrador situaría a los catalanes en un terreno alarmante de inseguridad; a los jueces más que a nadie. Pero no hay que sufrir. “Quien os haya pasado este supuesto borrador va muy desfasado, y lo desmentimos”.
La persona que coordina la elaboración de esta ley, ocultada al debate parlamentario (esto va de democracia), es Carles Viver Pi-Sunyer. Probablemente quien fue vicepresidente del Constitucional sea la principal eminencia gris de todo el proceso. Ha sido un camino largo. Aparcada la relectura de la Constitución a través de la cual Pujol intuyó que se podría esquivar la ofensiva aznarista, con el primer tripartito el jurista Viver fue designado presidente del Institut d’Estudis Autonòmics. Fue la sala de máquinas desde donde asesoró primero la reforma del Estatut: incrustando sus votos particulares del tiempo que era magistrado del TC, pensó que la Carta Magna quedaría reformada por vía indirecta. Fracasada la estratagema, ha formado parte de la siguiente. En el 2013 Artur Mas lo designó presidente del Consell Assessor per a la Transició Nacional. Ahora, en cuanto que Comissionat per a la Transició Nacional, pilota la elaboración de la ley de Desconexión. Pero, en serio, no hay que sufrir en absoluto. Palabra del diputado Turull. Hoy por hoy se puede descartar que Viver haya quedado poseído por el espíritu de Curzio Malaparte, el autor de Técnica del golpe de Estado.