La Vanguardia (1ª edición)

Omella: “Ser cardenal refuerza el vínculo con el Vaticano”

El arzobispo reitera su llamada al diálogo sobre Catalunya

- JOSEP PLAYÀ MASET Barcelona

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, supo de su nombramien­to como cardenal mientras inauguraba el domingo un local de Cáritas en la parroquia de la Virgen de los Desamparad­os en l’Hospitalet de Llobregat. Pero no alteró su jornada dominical, que continuó con una misa y una comida en la parroquia y, por la tarde, con una visita a la cárcel de Can Brians I, donde escuchó un concierto de la Jove Orquestra Simfònica de Barcelona, junto a los presos, y luego les dirigió unas palabras. Una agenda que refleja perfectame­nte el perfil social de Omella y de los elegidos por el Papa para conducir en los próximos años el destino de la Iglesia.

El papa Francisco nombró el domingo a otros cuatro cardenales: Jean Zerbo, arzobispo de Bamako (Mali); Anders Arborelius, obispo de Estocolmo (Suecia); Louis-Marie Ling Mangkhanek­houn, vicario apostólico de Pakse (Laos) –los tres de países donde el catolicism­o es minoritari­o–; Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador y persona de confianza del asesinado Óscar Romero. Omella es el único cardenal que no pertenece a la periferia, pero hace apenas dos meses la mayoría del episcopado español impidió que accediera a la vicepresid­encia de la Conferenci­a Episcopal Española. También frenó al otro candidato, Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, elegido cardenal hace seis meses.

El nombramien­to tendrá lugar el miércoles 28 de junio en Roma y al día siguiente se celebrará la misa con los nuevos cardenales, coincidien­do con la fiesta de San Pedro y San Pablo. Es posible que poco antes o poco después se resuelva definitiva­mente la situación de la diócesis de Mallorca donde ahora el obispo auxiliar de Barcelona Sebastià Taltavull actúa como administra­dor apostólico. De ser así, en el mes de julio podrían ser elegidos dos obispos auxiliares de Barcelona y facilitarí­a que al inicio del nuevo curso el ya cardenal Omella hiciese la esperada reestructu­ración de la diócesis y nombramien­to de cargos (que probableme­nte se daría en dos fases). Hace unos días Omella envió una carta a los sacerdotes y diáconos de la diócesis para pedirles su opinión sobre este tema. Ayer, matizó que no se trataba de una elección sino de una consulta abierta, pero que la tendría muy en cuenta.

La elección de Omella supone un espaldaraz­o a su gestión y le refuerza también en Catalunya. De hecho, reconoció que a partir de ahora “el vínculo del Vaticano con Barcelona será más fuerte”. Su nombramien­to llega después de la calculada nota de los obispos catalanes sobre el momento político. Una nota que no ha gustado en las esferas del Gobierno español pero que tampoco ha satisfecho las expectativ­as de los sectores soberanist­as, ya que se obvió cualquier referencia al referéndum o al derecho de autodeterm­inación. Ayer, el arzobispo Omella, que compareció en rueda de prensa para valorar su nombramien­to, al ser preguntado por este comunicado no dejó dudas de que su apuesta es por el diálogo. En Catalunya, dijo, “sabemos que hay muchas sensibilid­ades, las respetamos todas y queremos trabajar para vivir desde la comunión y no desde la confrontac­ión. Es absolutame­nte necesario el diálogo, escucharse los unos a los otros y trabajar todos por el bien común”. También volvió a insistir en la idea de que “los eclesiásti­cos no hacemos política, sino que hacemos una lectura desde la fe”.

Omella quiso recalcar que ser cardenal “es un servicio, y es no por nuestro honor y gloria, sino para mejor servir a los demás”. Tras recordar que para él había sido una sorpresa total, insistió en que “no es un cargo hacia arriba sino hacia abajo, de servicio, de lavar los pies como el Papa lo hace”.

Sobre la posible asistencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y del presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, a su nombramien­to, dijo que aún es pronto para saberlo.

Actualment­e, hay 121 cardenales electores en todo el mundo y 106 cardenales que tienen 80 o más años que no tienen derecho a voto, entre ellos, el cardenal Lluís Martínez Sistach, que acaba de cumplir esa edad. En España, habrá ahora cuatro cardenales con derecho a voto: Ricardo Blázquez, Carlos Osoro, Antonio Cañizares y Juan José Omella.

Tras ser nombrado cardenal, Omella siguió con su agenda, que incluía una visita a la cárcel de Can Brians

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LLUÍS GENÉ / AFP Juan José Omella, ayer, en el palacio episcopal de Barcelona

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