Felicitaciones: muchas y pocas
Al arzobispo Omella se le acumularon el domingo las felicitaciones en el móvil tras su nombramiento. La primera fue la de su amigo el arzobispo de Pamplona Francisco Pérez, que le dio la noticia desde la misma plaza de San Pedro. Y así hasta un centenar de mensajes había recibido antes de acostarse. Entre ellos uno del Rey. Incluso de algún presidente de comunidad autónoma, pero no precisamente de Catalunya. La noticia debió de sorprender también al Govern porque a lo largo de todo el día –tampoco ayer– no hubo ningún tuit oficial de felicitación. El president Puigdemont, que nueve días antes había felicitado a la Tarraconense por su nota sobre el proceso, se limitó a felicitar a Pedro Sánchez. Tampoco reaccionaron los consellers católicos. Oriol Junqueras sí lo hizo en cambio con Kilian Jornet y Santi Vila, con los arquitectos de Olot ganadores del premio Pritzker. Comín no se pronunció. Y el director general de Afers Religiosos de la Generalitat, Enric Vendrell, felicitó a Josep Monells, por su medalla al mérito ecuménico. Tampoco hubo tuits desde el Ayuntamiento de Barcelona.