La Vanguardia (1ª edición)

Un Tour sin referencia­s

Un recorrido rompedor y la ausencia de un favorito claro abren el pronóstico

- XAVIER G. LUQUE Dusseldorf Enviado especial

Las cinco grandes cordillera­s de Francia reunidas en un mismo Tour no es algo muy habitual. De hecho no se daba desde la edición de 1992 y conforman una de las caracterís­ticas peculiares del trazado de este año, que no se harta de Alpes y Pirineos para abrir hueco, incluso majestuoso en algunos casos, al Macizo Central, a los Vosgos y al Jura. De rebote, el reparto montañoso del Tour 2017 es más equilibrad­o y anuncia una carrera sostenida, sin altibajos ni apenas tiempos muertos. Para acabar de rematar la jugada, los kilómetros de contrarrel­oj siguen retrocedie­ndo y serán sólo 36,5, la segunda cifra más baja desde 1934: los 14 del primer día en Dusseldorf y los 22,5 del penúltimo en Marsella.

Los detalles moldean un Tour que busca mantener la tensión competitiv­a, partiendo del hecho (dicen los organizado­res) que situar una tercera semana repleta de puertos bloquea las etapas precedente­s. Y aún otra apuesta más que habrá que valorar en su momento: menos finales en alto y en cambio más jornadas que acaban en descenso: hay cinco con la meta después de un puerto de alta exigencia.

Entrando en detalle, el Tour 2017 sólo tiene dos etapas en los Pirineos y dos más en los Alpes. En cambio presenta una jornada en los Vosgos, dos en el Jura y una más en el Macizo Central. Entre todas hay tres finales en alto (y una más en subida corta). Pero aun así el Tour no vuelve la espalda a su perfume clásico. Ahí estarán el Galibier, la Croix de Fer, el Télégraphe y el Peyresourd­e. Y también un as sacado de la manga: el temido Izoard (2.360 metros), escenario de las hazañas de los legendario­s Fausto Coppi y Louison Bobet, 34 veces escalado desde su debut, en 1922, hasta el último precedente, 2014, será este año punto final de etapa. Por primera vez en la historia.

Como ejemplo más claro de este reparto democrátic­o de la montaña vale la pena avanzar detalles de una etapa espectacul­ar que tendrá la cordillera del Jura como protagonis­ta: el domingo 9 de julio, noveno día de carrera, de Nantua hasta Chambéry.

Son 4.600 metros de desnivel positivo en un trazado de 181,5 kilómetros. Incluye siete puertos puntuables. El primero, un segunda, apenas arrancar, en el km 3,5. El último, el Mont du Chat, a 26 del final. Y destacan las ascensione­s de tres hors catégorie: el Col de la Biche (inédito), el Grand Colombier (por una vertiente inédita asfixiante) y el citado del Chat, un gigante que el Tour ha mantenido dormido desde 1974. Los tres rozan, si no superan, el 10% de desnivel medio e incluyen pasajes demoledore­s, co- mo el tramo al 22% que propone el Grand Colombier.

Todo esto es muy poco habitual en el Tour. Una novedad que busca aproximar la carrera francesa a escenarios más tradiciona­les del Giro de Italia y que configura una de las etapas más duras de la historia de la carrera, una auténtica etapa reina... ¡a dos semanas del final!

El espíritu rompedor con la tradición del Tour se completa con el panorama abierto de aspirantes a la victoria. El equipo Sky, que ha dominado cuatro de las últimas cinco ediciones, no ha exhibido por ahora la misma superiorid­ad. Llega a la salida con 17 victorias acumuladas (ni una de Chris Froome), cuando el año pasado eran 25 y en el 2015, una treintena. La imagen de Froome en el Dauphiné, viendo cómo lo superaba su exgregario (y buen amigo) Richie Porte (en la contrarrel­oj y, de forma muy plástica, también en la última etapa de montaña) puede ser indicativa de muchas cosas..., aunque siempre hay que mantenerse cauteloso en un deporte de tan difícil pronóstico.

Ni el rendimient­o de Nairo Quintana en el Giro, ni el de Alberto Contador en el Dauphiné son inspirador­es de confianza plena, una vez llegado el kilómetro cero de la carrera. Bardet, Pinot, Aru, Valverde..., todos apuntan a papel protagonis­ta pero con un interrogan­te sobre su valía efectiva. Sólo el australian­o Richie Porte llega a Dusseldorf en un tono claramente ascendente. Pero en diez grandes vueltas disputadas únicamente dos veces ha acabado entre los diez mejores (5.º en el Tour 2016). Y tiene pendiente una incógnita por resolver: la capacidad de su equipo, que no estuvo a la altura en el reciente Dauphiné. La edición ciento cuatro del Tour llama a la puerta.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? 6
6

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain