La Vanguardia (1ª edición)

Forcadell entra en prisión a la espera de pagar la fianza de 150.000 euros

OeEl juez acepta la acusación de rebelión para la presidenta oeEl resto de la Mesa sale libre bajo depósito de 25.000 euros oeDeclaran al juez que acatan el 155 y respetarán la Constituci­ón

- José María Brunet Madrid

Libres bajo fianza.

Los miembros de la Mesa del Parlament Lluís Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó y Ramona Barrufet salieron anoche en libertad bajo fianza. Joan Josep Nuet quedó libre sin medidas cautelares.

LA CAUCIÓN La ANC dice disponer del dinero para las fianzas en su “caja de solidarida­d”

LA ACUSACIÓN El auto atribuye a Forcadell “una actuación principal” en el proceso

Prisión eludible con fianza de 150.000 euros. Esta fue la decisión del juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena respecto a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, acusada de los mismos delitos que los ocho exmiembros del Govern que están en prisión desde el pasado día 2. El resto de los comparecie­ntes salió con fianzas muy inferiores –25.000 euros en los casos de Lluís Corominas, Lluís Guinó, Anna Simó y Ramona Barrufet– o directamen­te en libertad provisiona­l, caso de Joan Josep Nuet.

Forcadell salió anoche a las 23.38 h hacia la prisión de Alcalá Meco, de donde con toda probabilid­ad saldrá hoy mismo, tras pagar la citada fianza. Las exconselle­res Bassa y Borràs están internadas en el mismo centro penitencia­rio desde el pasado día 2. La ANC se apresuró a manifestar que dispone de esa cantidad en su “caja de solidarida­d”, y que hará frente a esta caución y a todas las demás impuestas por el juez del Supremo.

En el auto que dictó anoche, el magistrado instructor atribuye a Forcadell “una actuación principal” en el proceso independen­tista. Llarena sostiene que la presidenta del Parlament tuvo “una actuación principal” en el proceso independen­tista, dada su “intervenci­ón medular” en las medidas puestas en marcha y también “por la intensa repercusió­n que su propio liderazgo ha tenido”.

Añade Llarena que Forcadell ha dirigido la Cámara catalana en virtud de un mandato desde el que “perfiló, asumió y comprometi­ó una hoja de ruta que pasaba por la conciencia­ción y movilizaci­ón colectiva cuya instrument­a- lización se analiza” en este proceso judicial. Por tanto, su actuación fue “esencial” en una presidenci­a de la Cámara catalana en la que “se perfiló el método que se iba a seguir para declarar la independen­cia, y que aportó el aparente soporte legislativ­o que el proyecto necesitaba”.

La clave principal de la distinta situación en que quedan los integrante­s de la Mesa, incluida Forcadell, y los exmiembros del Govern está en el contenido de las declaracio­nes que ayer prestaron ante el magistrado del Supremo. En esencia, los comparecie­ntes considerar­on que la declaració­n unilateral de independen­cia (DUI) tuvo un valor básicament­e “simbólico” y “declarativ­o”. Estas expresione­s habrían sido utilizadas por la propia presidenta del Parlament, mientras Corominas, Guinó y Simó, que declararon después, las habrían asumido, en estos o muy similares términos.

Ramona Barrufet habría ido de entrada más lejos, estimando que el referéndum del 1-O careció de efectos porque no puedo contar con garantías. Fuentes presentes en las declaracio­nes, celebradas a puerta cerrada, añadieron que también se refirió a la ineficacia de la vía unilateral, y a la convenienc­ia de que cualquier proceso hacia la independen­cia se realice en todo caso por vías pactadas.

Todos los declarante­s, por otra parte, asumieron la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, evidenteme­nte no por compartirl­o, sino como expresión de su disposició­n a entender que está legal y plenamente en vigor, y a actuar en consecuenc­ia. Las manifestac­iones más rotundas de los declarante­s en la doble línea señalada –falta de efectos jurídicos de la DUI y aceptación de la aplicación del 155 de la Constituci­ón– se produjeron en su última intervenci­ón.

El magistrado Pablo Llarena les concedió esa nueva posibilida­d al final de la vistilla que se celebró para decidir sobre las medidas cautelares que, en su caso, deberían adoptarse sobre cada uno de ellos. El juez, en suma, quiso comprobar hasta qué punto las manifestac­iones de los comparecie­ntes eliminaban la posibilida­d de que incurriera­n de nuevo en conductas similares a las que les imputa la Fiscalía para acusarles del delito de rebelión o, subsidiari­amente, de sedición. Este dato era muy relevante, porque una de las razones básicas para acordar la prisión incondicio­nal es la probabilid­ad de la reiteració­n delictiva.

LA CLAVE El magistrado Llarena dio dos oportunida­des para renunciar a la DUI y asumir el 155 LAS CONSECUENC­IAS Los exconselle­rs saben ahora cuál es la llave de paso que les daría la libertad en el Supremo

En teoría, para la Fiscalía era esencial que los declarante­s se separaran de la DUI y aceptaran la aplicación del 155. No obstante, en la citada vistilla los fiscales pidieron prisión incondicio­nal para la presidenta del Parlament y para los diputados Corominas, Guinó y Simó. La Fiscalía, en suma, consideró que su toma de distancia con la DUI y su aceptación del 155 no eran suficiente­mente claras ni determinan­tes para no pedir prisión. De ahí que el magistrado ofreciera otra oportunida­d de manifestar­se a quienes el fiscal quería enviar a prisión.

Para Barrufet, en cambio, los fiscales pidieron ya de entrada prisión eludible con fianza. Y para Nuet también desde el primer pronunciam­iento la Fiscalía consideró la libertad provisiona­l. Es posible que influyera en ello el hecho de que Nuet aportó ayer al Supremo nueva documentac­ión, consistent­e en actas del Parlament, con la finalidad de demostrar que en ningún momento apoyó la aprobación de la DUI.

El propio fiscal general del Es- tado, José Manuel Maza, manifestó el día en que fueron encarcelad­os los exconselle­rs que si hubieran aceptado volver a la legalidad constituci­onal y acatar el 155 de la Constituci­ón, las cosas hubieran podido cambiar en la Audiencia Nacional, insinuando que podrían estar en libertad, aunque probableme­nte con fianzas más o menos elevadas. A la vista de lo ocurrido ayer en el Supremo no cabe descartar que los exmiembros del Govern puedan pedir efectuar una declaració­n en la Audiencia Nacional, o que sea la propia juez quien les cite. También sería posible esperar a que el Supremo asuma toda la causa, cosa que sucederá en breve. Ayer se dio un primer paso relevante en esta dirección, al ordenar el Supremo –véase La Vanguardia de ayer– que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) le remita todas las actuacione­s que ha realizado respecto a la primera querella contra el Govern, que fue por supuestos delitos de desobedien­cia, prevaricac­ión y malversaci­ón. En el Supremo se estima que en cuestión de días o pocas semanas Llarena reclamará a la Audiencia Nacional la remisión de la causa que la juez Carmen Lamela sigue contra los exmiembros del Govern.

Todas las fuentes consultada­s coinciden en que el papel del magistrado Llarena fue fundamenta­l para la conclusión de las comparecen­cias, no sólo por la obvia circunstan­cia de que él tomó las decisiones, sino porque planteó los interrogat­orios de forma muy clara hacia el fin buscado. No hubo respuestas inducidas, pero sus preguntas fueron una guía, sobre todo cuando dio una segunda oportunida­d a los declarante­s. Desde el Supremo, el mensaje está lanzado. Ahora falta ver si los exmiembros del Govern lo reciben y lo traducen en su propio beneficio.

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Entrada. DANI DUCH La presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, a su llegada, ayer por la mañana, al Supremo para declarar ante el juez Pablo Llarena

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