Una corrupción principesca
El Ritz Carlton de Riad acoge estos días la mayor convención mundial de amigos de lo ajeno, a juzgar por las acusaciones del fiscal general de Arabia Saudí. En el hotel, convertido en prisión de lujo, están confinados desde el sábado 199 príncipes, magnates y ministros, a los que el fiscal –a instancias del príncipe heredero– acusa de corrupción y de malversación por más de 100.000 millones de dólares a lo largo de las últimas décadas. Para más inri, la incertidumbre ha hecho perder a las bolsas del golfo Pérsico más de 6.000 millones de dólares en capitalización desde el golpe palaciego.