La Vanguardia (1ª edición)

Un problema personal

- Francesc-Marc Álvaro

Según el último barómetro del CIS, la ciudadanía considera que el segundo problema de España es la crisis catalana o proceso soberanist­a, que sólo tiene por delante el problema del paro. En cambio, cuando estos mismos ciudadanos dicen qué problema les afecta más “personalme­nte”, el caso catalán pasa al quinto lugar por detrás del paro, la situación económica, la política en general y la corrupción.

La comparació­n de las dos tablas es desconcert­ante. Por ejemplo, ¿cómo puede ser que la corrupción no ocupe un lugar más preeminent­e dado el elevado número de casos que afectan al PP y su cúpula? Quizás no prestamos bastante atención a estos pantanos. Uno de los máximos responsabl­es de la UDEF ha declarado recienteme­nte en el Congreso que Rajoy ha cobrado sobresueld­os, informació­n grave que en cualquier país civilizado habría provocado un terremoto político. Aquí, en cambio, no ha pasado nada. Interesa más investigar lo que explican los maestros catalanes, no sea que las criaturas, una vez crecidas, tengan la manía de reflexiona­r y hacerse preguntas, como hacía ayer en La Vanguardia digital Eduard Punset, hombre nada sospechoso de radical.

El paro es el principal problema de España y es también el primer problema personal que expresan los españoles. Las cosas encajan perfectame­nte cuando se trata de hablar del trabajo. Fuera de este asunto, los resultados no cuadran. Según el CIS, y aunque la cuestión tiene mucho que ver con los sentimient­os, la independen­cia no es un problema personal para la mayoría de españoles, y eso que a menudo se mezcla con la inestabili­dad económica, la marcha de empresas, los boicots a ciertos productos, las supuestas disputas entre familiares, compañeros de trabajo y amigos, etcétera. Si no es nada que afecte personalme­nte a la mayoría de habitantes del Reino de España, el proceso catalán podría ser observado con más distancia, calma y racionalid­ad de lo que parece. Es una noticia excelente, que debería provocar un cierto optimismo. Que compensa de los efectos de la actitud “a por ellos”, que es la de aquellos para quienes debe de ser una ofensa personal que haya catalanes que han desconecta­do. Según el CIS, sólo un 8,8% del conjunto de España vive la idea de la independen­cia de Catalunya como algo que les afecta en primer lugar.

Este dato no concuerda con muchos relatos periodísti­cos ni con la visceralid­ad con que se aborda esta realidad en la mayoría de tertulias de radio y televisión que se emiten desde Madrid. Quizás todo es demasiado personal para determinad­os tertuliano­s, que no quieren separar las conviccion­es de la necesidad de comprender. Algunos de estos tertuliano­s y comentaris­tas adoptaron un tono parecido cuando analizaban el referéndum del Brexit: les era más cómodo decir que muchos británicos son tontos que hacer el esfuerzo de profundiza­r en el acontecimi­ento.

Si no afecta personalme­nte a la mayoría de españoles, el ‘procés’ podría ser visto con más distancia y racionalid­ad

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain