Cultura política

Parece que hay acuerdo en que se debe regenerar nuestro sistema político porque tenemos una democracia de bajo nivel, donde nadie responde de nada y anidan la corrupción y el clientelismo de manera natural. Se necesita la separación total de la justicia de la injerencia política, con sanción grave para los intentos de politización y sin vuelta a la carrera judicial del que profese en política.

Sobra la colocación de asesores irresponsables en las administraciones que interfieren la acción de los funcionarios y cobran más que los cargos electos, encareciendo el servicio público. Hay que blindar las instituciones y la administración contra la politización (RTVE, Agencia Tributaria, Policía, Fiscalía, etcétera) y castigar duramente el tráfico de influencias.

Los errores y malas prácticas de los políticos deben ser sancionados por los propios partidos, responsables del sistema democrático, con independencia del reproche penal o administrativo correspondiente. Estamos en una etapa reconstituyente de nuestro sistema democrático: la Constitución necesita reformas, un nuevo pacto entre los ciudadanos.

¿Puede el Partido Popular abandonar el lastre de su corrupción política y económica? ¿Se depurará Podemos de su mochila venezolana? ¿Permitirá el aparato del PSOE que funcione una democracia interna real y que las primarias no sean manipuladas por la carencia de avales? ¿Ha resuelto su dilema de trabajar para las personas o para el capital? La imagen del C’s regeneracionista limita con la franquicia de sus estructuras periféricas. Las mareas y demás emergentes ¿han aprendido algo de sus errores de bisoños?

Y la ciudadanía, ¿decide entre votar qué o a quién?

MAXIMILIANO LASÉN PAZ

Valdemoro