Un crucero con miles de paisajes
Vive la aventura de surcar los mares y descubrir las grandes ciudades del mundo con la comodidad de un crucero donde todo está pensado para que disfrutes del viaje. Tanto si decides navegar por cálidos mares y relajarte en las mejores playas del Caribe como si apuestas por los fríos paisajes del norte, la única preocupación que tendrás en un crucero es la de
escoger entre las decenas de propuestas de ocio y gastronomía
que te proponen. Además, podrás olvidarte del equipaje durante todo el recorrido y relajarte mientras viajas hasta cada nuevo destino.
Ya es hora de pensar en las vacaciones de verano o aprovechar las ofertas de invierno para una pequeña escapada. En el norte de Europa puedes disfrutar de decenas de propuestas, como un crucero de seis días que parte desde el puerto de Warnemünd (Alemania), una pequeña localidad costera del mar Báltico, integrada en la ciudad de
Rostock, con atractivos culturales como la casa del artista Edvard Munch, autor del célebre El grito.
UNA DE VIKINGOS
La siguiente parada de este crucero es Bergen, la segunda ciudad de Noruega, en la que aún se respira el ambiente de las pequeñas localidades y donde podrás descubrir los bares y tiendas de madera que han dado fama a esta ciudad fundada hace 900 años, cuyos orígenes están vinculados a la edad vikinga y es conocida por las siete montañas que rodean su centro.
Más al norte está Hellesylt, una pequeña villa en el fiordo de Sunnylvsfjord donde la protagonista absoluta es la naturaleza, aunque también podrás hacer buenas compras de bonitos objetos artesanales de cristal, piel o madera.
La ruta desciende hasta Flåm, en el Aurlandsfjord, uno de los lugares más espectaculares y pintorescos
de Noruega, rodeado de escarpadas montañas e inmensas cascadas. Puedes aprovechar para viajar en el tren de Flåm, nombrado el viaje en tren más increíble del mundo por Lonely Planet en 2014.
El siguiente y penúltimo puerto de este crucero antes de regresar a Warnemünd ya es Copenhague (Dinamarca), donde te recibirá una escultura célebre, La Sirenita. Es una ciudad agradable para visitar a pie o en bicicleta, recorriendo el centro hasta la plaza del Ayuntamiento, la calle peatonal Stroget, la monumental plaza de Kongens Nytorv y el pequeño muelle de Nyhavn, con sus
típicas fachadas de colores y sus
cafés a la orilla del canal.
En el Mediterráneo también hay lugares deliciosos para visitar, y los cruceros son una de las mejores formas de conocer los puertos y ciudades que forjaron nuestra
historia antigua. El Mediterráneo Occidental, con paradas en Cannes, Roma o Mallorca, y el Oriental, con visitas a Venecia, Split, Santorini, Atenas y Mykonos, son dos buenas apuestas. Aunque puedes vivir tu propia aventura helénica con un crucero de ocho días, con salida desde Civitavecchia, en Roma, visitando la exclusiva isla de Santorini y disfrutando de la animación de Mykonos y de todos sus atractivos culturales o de la ciudad que dio a luz a la democracia: Atenas.
DEL MEDITERRÁNEO AL CARIBE
Precisamente de Atenas sale otro crucero que remonta el mar Adriático, aunque primero nos lleva hasta Corfú, considerada una de las ciudades más bellas de Grecia, con un casco antiguo que es Patrimonio de la Humanidad y donde aún pueden verse los magníficos restos de su antigua grandeza, como el templo de Hera. La ruta sigue hasta Kotor, en Montenegro, y entra en Croacia para recalar en la bellísima Dubrovnik, la perla del Adriático, y en Zadar, que aún conserva las ruinas de su viejo foro romano. Los dos últimos puertos son la encantadora y romántica Venecia y la ciudad de Trieste, abierta al mar, cosmopolita y con un casco antiguo donde son de visita obligada el arco Riccardo, el teatro Romano, la catedral y el castillo de San Giusto.
Aunque si la idea es viajar aún más lejos, el Caribe ofrece muchísimas opciones para disfrutar de un crucero de ensueño. Como el que te lleva a Fort-de-France, la capital de Martinica, con un rico patrimonio histórico, en el que destacan el fuerte de Saint Louis y la catedral de Saint Louis; Pointe-à-Pitre, en Guadalupe, donde puedes pasear por su casco viejo y visitar los mercados de la especias o ir de excursión a las cataratas del Carbet; Philipsburg, cuyas playas paradisíacas y arrecifes son ideales para hacer submarinismo; Road Town, en la isla de Tórtola, situada en el archipiélago británico de las islas Vírgenes; o St. John’s, capital de Antigua
y Barbuda, donde puedes disfrutar de la playa o visitar Fort James, un fuerte construido por los ingleses en el siglo XVIII para proteger el puerto de la ciudad de los franceses, y el precioso Jardín Botánico, creado a finales del siglo XIX.
El Atlántico Norte, el Pacífico o los mares que rodean Nueva Zelanda, Australia, Tasmania, Sudáfrica y Sudamérica son otros de los
destinos ideales para descubrir en un crucero, a tu ritmo y con todas las comodidades.