Prisionero deHollywood
Soy Pilgrim, ópera prima que Terry Hayes (Sussex, 1951) vio publicada con 62 años, puede verse como la convergencia de dos fórmulas narrativas, el periodismo y el guión cinematográfico, que, fruto de una dilatada bipolaridad profesional, habían discurrido en paralelo, conspirando en la sombra para cristalizar finalmente en una ambiciosa novela que extrajese lo mejor de ambos.
Periodista de investigación, corresponsal político y columnista para The Sydney Morning Herald, Hayes maduraba dar el salto a la ficción literaria cuan- do un cineasta salió a su encuentro con una manzana demasiadotentadoraentrelasmanos. “George Miller, que acababa de filmar Mad Max, buscaba a un escritor que colaborase con él en los guiones de sus próximos proyectos. Nuestro primer trabajo juntos fue Mad Max 2, cuyo éxito comercial y crítico me animó a seguir tirando por ese camino. No dejé de escribir para el cine (entre sus guiones se cuentan los de Calma total, Payback, Límite vertical y Desde el infierno), si bien siempre me decía que no tardaría en volver a mi idea ini-