Cómo, qué y para qué
En 1998, el profesor de la UAB Albert Chillón publicó un libro seminal, básico para quienes nos dedicamos a escribir, enseñar y aprender a escribir y también para los que aspiramos a ser buenos lectores: Literatura y periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas.
Tras un elogioso prólogo de Manuel Vázquez Montalbán, Chillón presenta, defiende y analiza una de las más ricas y promisorias ramas del periodismo en la segunda mitad del siglo XX: lo que algunos llaman periodismo literario o narrativo, lo queenAméricaLatinaseconocecomocrónicayqueenEstadosUnidos seenglobaenla marca denuevoperiodismo o la etiqueta (para Chillón engañosa)denoficción.
El autor, un referente fundamental de lo que en las ciencias de la comunicación se conoce como teoría del giro lingüístico, muestra con abundantes ejemplos cómo escritores y periodistas de Europa y las Américas utilizaron recursos literarios para contar los hechos del presente e indagar en los del pasado. Desdeunavinculaciónconlanovela realista del siglo XIX, analiza los recursos de investigación y escritura de autores tan variados como Josep Pla, John Hersey, Truman Capote, Oriana Fallaci, Ryszard Kapuscinski, Leonardo Sciascia, Gabriel García Márquez, Tomás Eloy Martínez y, dentro de una incipiente producción española, el propio Vázquez Montalbán.
Este libro, que desde su publicaciónexcedióenambicióneimpacto el ámbito de la academia española, seencontrabafueradecatálogo,yes unactodejusticiaynecesidadquese encuentre ahora disponible en una ediciónmuyampliadayactualizada. Lo primero que cambia es el nombre: ahora el libro se llama La palabra facticia. Es un valiente desafío, unneologismoqueChillóndefiende acapayespadacomoelterrenodondeseencuentranlaliteraturayelperiodismo. Al prólogo original de Vázquez Montalbán se agrega ahora uno nuevo de Jordi Llovet, cen- trado en el novedoso aporte de Chillón:lanecesidaddequeelperiodismo se acerque (o vuelva) al terreno delashumanidades,alafuncióndel intelectualpúbico,necesarioparael sostenimientodeunaverdaderademocracia.
Ennuevoscapítulossereivindica algo central para que el periodismo pueda ser parte de la cultura de su tiempo: el papel de las ciencias humanas en el centro del discurso social y sobre todo en las enseñanzas universitarias.Unprofesorvocacionalycondécadasdeexperienciacomo Chillón vive y sufre en carne propiaeltriunfodelcómopresentar la información sobre el qué decir y paraqué.Estenuevolibro,endefinitiva, es el viejo y valiosísimo Literaturayperiodismomásunaactualización con nuevos autores y corrientes, un afinamiento de su enfoque teórico y sobre todo, un alegato necesarioporlashumanidades.