La luz se hizo cuerpo en Barcelona
El lienzo y los tejidos con los que trabaja un artista son lo mismo que la ropa que vestimos y nos roza la piel. Esta comparación realizada por Allison Mal insky( Can te rbury,New Hampshire, Estados Unidos, 1980) resume la carga sensual de su trabajo como artista. Profundamente condicionada por su entorno, asegura que desde que vive en Bar celona–ya hace dos años y medio–su pintura ha cambiado :“Hay más luz, más azul, más cielo; está más el color de la arena, que tiene el mismo color que mi piel”. En la capital catalana, puede dedicarse plenamente a la pintura en su estudio del principio de la calle Enric Granados, lleno de luz ,“algo que posiblemente nopodrí ah aceren Nueva York, donde viví 15 años. Es una ciudad llena de sombras. Es una gran ciudad, y siempre estará allí, para aprender y moverse, y volver, pero no para vivir. Es una ciudad muy dura con los artistas emergentes ”, asegura.
El paisaje y el cuerpos efunden en la obra de Malinsky para ser lo mismo en su representación: la luz y el color que adquieren volumen al pasar de la pintura a la escultura. Las piezas reunidas en la muestra de la galería Víctor Saavedra permiten contemplar cómo se produce esa corporeiza ció no encarnación.
Formada en la Universidad de Nueva York en escultura ymás tarde en fotografía, Malinsky explica que ha tenido que aprender de todas las expresiones del arte para llegar hasta el punto en el que se encuentra: “La fotografía te enseña la luz, y yo también necesitaba hacer formas con mis manos”. En sus lienzos en tres dimensiones, que elabora a par-
tir de un patrón, “como cuando se cose un aprenda de ropa ”, ha reflejadolos colores de Barcelona y de Anda lucía, donde estuvo en el 2010 y 2011 gracia sauna beca para aprender español. Cuando volvió a Manhattan, organizó su exposición Re
torno, que llamó la atención de la crítica por su capacidad para recrear el paisaje.
Los trabajos expuestos ahora en Barcelona demuestran el paso más reciente que ha dado la artista, desde sus pinturas abstractas sobre un lienzo liso hasta sus telas y “fetiches” sustentados por caucho. La forma ovoide, así como la hendidura en el centro de todas las piezas, al ude explícita mente a los labios del sexo femenino como símbolo más de la sensualidad que del erotismo: es un cuerpo que siente cómo leenvuelve y le penetra el aire, el cielo o el mar: “Me encanta hacer tangible lo que no se puede tocar ”, comen ta.
En su utilización de los tejidos reconoce la influencia de su admira do SamGilliam, como también sedeclara interesada por el trabajo de los ceram is tasKenPr ice, Ron Nag leo la escultora Di a ne Simpson :“Me interesa todo, me intriga el mundo, porque todo me inspira. En arte, como la ciencia, nadase inventa de la nada, todo se va construyendo sobre otras cosas”. En su afán por conocer su entorno, también se relaciona con artistas de su generación, de Barcelona y Nueva York. Con algunos, como eselc as odePabloJ ansa na, Rafael Vargas Suá rezo AlbertoBo rea, entre otros muchos, colabora en su proyecto New York City Art Radio, una serie de conversaciones sobre el significado de ser artista que realiza enpodcasty después transcribe. Estemes de julio regresa a Nueva York como artista residente en The Cooper Un io nS cho ol, donde espera trabajaren esas entrevistas y“dibujar mucho” para seguir investigando en la manera como los tejidos toman forma para convertirse en cuerpo.