Necesitamos creer
La compañía La Calòrica, con un interesante currículum en poco más de un lustro, presenta una nueva obra para reflexionar sobre un tema de permanente actualidad, el debate entre ciencia y religión
Ella, pobre huérfana, feligresa de vota, asegura que lo ha tenido dentro. Que lo ha alimentado porque su amor es inmenso, inconmensurable. Estas cosas pasaban, la Iglesia las investigaba, después santificaba, o no. Estamos en 1915. Él, cirujano brillante, cree que puede alargar la vida de los enfermos de corazón desesperados, a quien podría dar más vida con el corazón de otro ser humano fallecido. Empieza la aventura del trasplante del órgano vital por excelencia. Estamos en los años sesenta del siglo XX. Ella, profesional de la cultura en horas bajas, necesita explicarse y explicarnos el porqué de una curación milagrosa. Encontrar el relato de la salvación de otro la llena de vida. Estamos en nuestrosdías.
Tres historias que senos explican en paralelo para llegara una conclusión, o más bien para llegara una certeza: necesitamos creer en algo, esté o no esta cosa dentro de aquello que hemos convenido dentro de los parámetros científicos.
El profeta propone una reflexión sobre una temática de bastante actualidad: en el siglo XX asistimos al último capítulo de un combate sin cuartel, entre la ciencia y todo un conjunto heterogéneo de creencias religiosas. Estaba en disputa todavía la hegemonía ideológica sobre la sociedad occidental. Este año la magnífica pieza de Arthur S ch nitzler, El
professor Bernhardi, con puesta en escena d eX a vi erAlbertíy protagonismo d eL luísHomar(TNC ), reflejaba la virulencia del debate en la Viena de finales del siglo XIX y comienzos del XX :¿ había quemoles tara una moribunda en paz con el fin de administrar le la última confesión? El pensamiento racional tuvo que luchar de lo lindo por imponer una ética basada en la razón científica. Pero una vez establecida su incontestable hegemonía, lo que hace falta preguntarse es si el suyo es un relato útil a todos o no.
Enfrentarse al vacío
Desde los años setenta del sigloXX la derrota de buena parte de las ilusiones colectiva s llevó a una especie de búsqueda individual. El último fotograma de M ad M en, con su protagonista DonDraperm editando en medio de un para je natural de belleza fascinante, resume qué quería decir aquel momento de introspección. La liberación de uno mismo por uno mismo, con independencia dela marcha de los combates colectivos. Porque estas luchas habían llevado hacia grandes insatisfaccio- nes, y no tanto por las derrotas, sino por los vacíos efectivos contenidos en las pequeñas victorias, que estas sí, fueron alcanzadas (bienestar social, prolongación de la esperanza de vida, acceso generalizado ala cultura, etcétera ).
Cristina se enfrentaba a una muerte casi inevitable. Cáncer en estado de metástasis. La familia de- positólaúl tima esperanza en el tratamiento de un hospital de vanguardia en Estados Unidos. De repente, huyó por una inquietud irrefrenable de saltarse la lógica científica y médica, ensayar alternativas que no llevaran su cuerpo a un combate desigual, con consecuencias desfiguradoras, destructoras hacia la propia persona. Conoció a alguien en su huida. Empezó a meditar, en grupo, sola. Y se curó.
Cristina ha dejado una estela de dolor tras ella. Haabandonado a los suyos sin ni una palabra de despedida. Su búsqueda individual se ha iniciado con una ruptura radical con su entorno familiar. Su hermano Tomàs la creía muerta, ahora retorna sana, después de seis años, pero ya no quiere saber nada de ella, sufrió demasiado su huida in comprensible en medio de una situación desesperada y ahora todos los lazos se han enfriado. Pero no para Clara, la compañera de Tomàs.E llave en el ejemplo milagros o de Cristina materia para investigar. Quiere averiguar qué ha pasado con ella en estos seis años. Cómo ha podido curarse sola un cáncer en estado avanzado tratamiento médico de ningún tipo. Quiere traducir, si es posible, a un lenguaje inteligible para todos, donde la ciencia es he ge mónica, el fenómeno vivido por Cristina.
Voluntad de reflexión
La Calòric ah atrabajado siempre en base ala pareja Joan Yago, dramaturgo, e Israel Solà, director de escena. Pero en esta ocasión el texto es fruto del trabajo de toda la compañía, Yago ha dado un paso atrás en este proyecto en concreto. Ya hablamos de esta compañía a raíz de la temporada de L’editto bulgaro en el teatro Almería en el 2012, una pequeña joya empapada de un compromiso político inequívoco. Elprofeta está escrita también desde la voluntad de reflexionar sobre dónde depositamos la fe y porqué. AS olày compañía les ha motivado constatar que seguimos con la necesidad de creer, en algo. Sea una revelación divina en 1915, tipo la que vivieron en Fátima los tres niños pastores, o bien una curación milagrosa, o la creencia en las posibilidades humanas de vencer ala muerte, siguiendo el mito de Frankenstein, que está detrás del progreso científico. No hay inclinación hacia una tesis determinada, pero sí la formulación de una pregunta sobre “la historicidad de la verdad ”. Aquello queseen tiende como verdad en un momento histórico determinado esel fruto de unas condiciones de verdad que pueden variar según los condicionamientos históricos. La Calòric areflexionad es de la ficción del teatro .|