La Vanguardia - Culturas

los desencaden­antes según Payne

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ALCALÁ-ZAMORA CALCULAMAL.

Queriendo salvar ala República, su presidente fue uno de sus enterrador­es con sus errores al pretender controlarl­o todo. Empeñado en apartar del poder al aCEDA, de cuyo espíritu democrátic­o des confía, la crisis de gobierno de noviembre de 1935 le ofrece la ocasión. Pone final ejecutivo al que le quedaban dos años demanda to, nombra un primer ministro interino de su confianza, el moderado Por tela Valladares, y convoca elecciones para febrero de 1936. Su idea: dar cabida a una fuerza de centro, entre el de re chismo del aCEDA y la izquierda de Azaña. Los resultados seránotros.

FRENTE POPULAR, NIDO DE AVISPAS.

Azaña gana las elecciones con el Frente Popular. La coalición es un pacto envenenado entre fuerzas políticas–republican­os de izquierdas y revolucion­arios–con objetivos muy diferentes que tratan de manipular se mutuamente. En la calle, ante la pasividad del gobierno, la tensión social va en aumento: en el sur se ocupan propiedade­s agrarias, la violencia contra la Iglesia se incrementa y, según P ay ne, el número de asesinatos políticos durante el periodo republican­o supera los 2.500.

A ZA Ñ A, SOÑADOR Y SECTARIO.

Payne es duro con Azaña: lo considera un hombre con es caso talento político, poco dialogan te y obcecado en el proyecto artificial e ir realista de crear una república sólo de izquierdas, empeñado en políticas imposibles para la España de entonces. Además, menospreci­aba laposibi-

lid ad deque se llega sea producir un golpe de Estado militar.

EL EJÉRCITO, FALSO TIGRE DE PAPEL. Algunos republican­os, como el socialista Largo Caballero yC asares Qui roga, nombrado presidente del gobierno en mayo de 1936 cuando Azañaac cede ala presidenci­a de la República, se mostraba n partidario­s de dejar que se produjera un golpe militar, porque considerab­an que el ejército era un tigre de papel y que el pulso acabaría como lasanj urja da de 1932. Confiaban en que el golpe se controla ría con facilidad yeso daría fortaleza aun gobierno de izquierda y lo dotaría de argumentos para controlar tanto ala derecha como a la izquierda revolucion­aria ya los anarquista­s. El cálculo resultó erróneo.

ASESINATO DECALVO SO TE LO.

Esel desencaden­ante definitivo no sólo por el hecho en sí, sino por el modo en que se produce, con la implicació­n de policías y guardias de asalto mezcla dos con revolucion­arios fuera de la ley. Según P ay ne, antes de este crimen el apoyo aun posible golpe entre la oficialida­d del ejército no pasaba de un 15%, para desesperac­ión del líder de los conspirado­res, el general Mola. El asesinato cambia la situación.

13DEJULIOD­E1936.

Cuatrodías antes del golpe, tras el asesinato de Calvo So te lo, Mola intenta, según P ay ne, contactar con el Gobierno a través del presidente dela comisión de guerra de las Cortes, para forzar un cambio de orientació­n. No hay respuesta. El camino al 18 de julio salta su último obstáculo.

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