Luces y sombras
Borja de Riquer prosigue con su estudio biográfico de Cambó y su tiempo, y a la vez publica un ensayo sobre la situación política en Catalunya
ReventadoelviejoordenporlaGran Guerra, en 1919 los vencedores se reúnen para diseñar el nuevo mundo. A la hora de establecer el precio que Alemania pagaría por su derrota,losaliadosnodescartanlaposibilidadderequisarindustriasquedesarrollen negocios en el extranjero. El organismo gestor del cobro de la deuda impagable será la Comisión de Reparaciones. El economista J.M.Keynes,queabandonódescontento la delegación británica de aquella Conferencia, fue uno de los analistasmáslúcidosalahoradeexplicar el peligro de unas decisiones más vengativas que constructivas. Lorazonóen Las consecuencias económicas de la paz. En aquel clásico explicó que la Comisión de Reparacionespodríadisponerdeunaconocida y potente empresa alemana sudamericana dedicada a la comercializacióndeelectricidad.
Ante esa disyuntiva, para salvar empresayfortunas,suspropietarios idearonunaoperacióndeingeniería financiera: fingirían su venta a un grupoeconómicodeunpaísnobeligerante en la guerra. El país elegido fue España. El hombre con quien lo acordaronfueFrancescCambó,que acababadeserministrodeFomento y al poco lo sería de Hacienda. Así nació la Compañía Hispano Americana de Electricidad, la Chade. “Es inmenso y espléndido el campo de negocios que se presenta”, le escribióasusociodepartidoJoanVentosa desde Berlín en 1920. Porque así Cambó se hizo millonario y un personaje de primer nivel de las finanzas mundiales. Y esa historia es la queahoraBorjadeRiquer(Barcelona,1945)hadetallado.
Desde hace más de veinte años, como es bien sabido, el profesor Riquer prepara una biografía de Cambó, tal vez el líder más atractivo de todalahistoriadelcatalanismo.Para abrir boca ha dado a conocer algunos bloques de su investigación. Pienso, entre otros, en el pionero
L’últim Cambó (1996) o el más reciente Alfonso XIII y Cambó (2013). Pero si estos dos libros tuvieron la virtud de ser perfectamente accesibles para un lector digamos de clase media cultural, este Cambó en Ar
gentina, que detalla un capítulo de historiaempresarialquetuvorepercusiones políticas trascendentales, esunhuesoduroderoer.PorqueRiquer, al tratar con materia sensible –la corrupción pura y dura–, ha optado por blindar su relato acusador
Alemania salvó sus empresas mediante ingeniería financiera
usando una erudición apabullante. Aquí todo está hiperdocumentado. Y lo demostrado es que durante décadas Cambó presidió una empresa queuntóaunsectorconsiderablede la clase política argentina (incluido, según parece, el general Perón). Ya podíansurgirvocesdeprotestaodurísimascomisionesdeinvestigación o denuncias de la prensa. Riquer las cuentatodas.Perodabaigual.
El capital siempre gana, es decir, las concesiones gubernamentales permitían a aquella empresa eléctrica de capital occidental seguir forrándose, pagando menos de lo esperable a las arcas públicas y, al mismo tiempo, aplicando tarifas abusivas que sufragaban los ciudadanos de Buenos Aires. Un negocio redondo. ¿Escandalizarse? Mejor seríaresponderconelargumentocínico empleado por el capitán Renault para cerrar el café Rick’s de Casablanca. “¡He descubierto que aquí se juega!”. Se jugaba ayer. Se juegahoy.YlosdirectivosdelaChade, usando una tesorería viajera (también modificaron la nacionalidad de la empresa en tiempos de la GuerraCivil)olosmaletinescuando eran necesarios (pagar campañas electorales) o las influencias diplomáticas, fueron unos inteligentísimosjugadores.