La forja de la espada
La poesía de Juan Eduardo Cirlot (Barcelona,1916-1973)esunadelas más complejas del siglo XX, no por su oscuridad, puesto que por encima de ella produce en el lector una extraña fascinación, sino por la riqueza de sus referentes culturales. Sin estudios universitarios ni ninguna necesidad de ellos, estudió música durante ocho años, pero destruyó todas sus composiciones. Su interés por las artes plásticas le llevará a formar parte del grupo DaualSetyaescribirsuDiccionario delosismos( 1949),alqueseguiráLa
pintura abstracta (1951). Alfonso Buñuel,hermanodelcineasta,leintroduce en el surrealismo. En 1949 se encuentra con Breton y en 1953 publicasuIntroducciónalsurrealis
mo. Su amigo Marius Schneider le iniciaenlasimbologíayen1957publicasuobramásconocidatantoen España como en el extranjero, Diccionario de símbolos tradicionales.
Influido por la música de Arnold Schönberg, aplica en sus poemas la técnica permutatoria. Se interesa por el arte gótico, por la astrología, el esoterismo, la alquimia, la cábala
y las culturas germánica y céltica. Atraídoporelcine,lapelícula Else
ñordelaguerra ysufascinaciónpor laactrizRosemaryleinspiraráaescribir el ciclo de Bronwyn, culminacióndesuobrapoética.
Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963) parecería la persona más indicada para escribir la biografía de Cirlot como poeta que es, ensayista, biógrafo de Luis Cernuda, licenciado en Filología inglesa, celtista y traductor de, entre otros, Shakespeare, Keats, John Donne y Hopkins(Hamlet,BlakeyYeatsalimentan la obra cirlotiana). Se une asíaestudiososyantólogosdelpoeta, como Leopoldo Azancot, Victo
ria Cirlot o Clara Janés. Con Cirlot.
Ser y no ser de un poeta único, estamos ante una biografía exhaustiva. Y sin embargo, llena de algunas inexactitudes. Confunde a Juan RamónMasoliverconuntalJuanAntonio, a Néstor Luján con Ernesto Luján y a José Manuel Blecua con suhijoAlberto.Malempezamos.
Falta una bibliografía y un índice onomástico. Yno nos dice cómo ha hecho la investigación. Einvestigación sin duda la hay. Acude a la correspondencia,oapartedeella,con Manuel Millares, Alejandra Pizarnik,¡LaurenceOlivier!oCarlosEdmundo de Ory, tan cercano a él. Ya Jean Aristegui, una testigo privilegiada de la creación del ciclo de Bronwyn. Además de la recogida porlahijamayordelpoeta,Lourdes Cirlot,enJuanEduardoCirlot. Dela
críticaa la filosofía del arte, publicada por Quaderns Crema en 1997. Consulta,sinentrarendetalles,publicaciones en las que colaboró el poeta, como Entregas de poesía, de Juan Ramón Masoliver, Espadaña, PapelesdeSonArmadans,Destinoo
LaVanguardia. Repasacadaunade sus obras, algunas inéditas, en lo que acaba por resultar una lista abrumadora sin análisis literario. Menciona con frecuencia las Me
morias de su amigo Carlos Barral y el imprescindible Joan Perucho. Cendres i diamants. Biografia d’una
generació, de Julià Guillamon. El biógrafotratadealigerarlafarragosa densidad haciéndose presente en el libro con paréntesis ocurrentesynosiempreoportunosyconhipótesisdelasquenotenemosconstancia, y anuncia lo que va a desarrollar más tarde. De Gloria, la mujer de Cirlot, apenas nos habla. Como apenas si habla de los poetas catalanes.
Con todo, son muchos los aspectos interesantes de esta biografía: lasreferenciasasucarácter,sumalditismo (“el hombre es siempre hermoso, aun en el crimen”) y los principales temas de su poesía: la presencia de la espada y de las armaduras,suobsesiónporlapresencia femenina mágica (“hay un ser femeninoquenopuedollamarmujer”, le escribe a André Breton), el mito del Grial o Graal, el gnosticismo, la cruz, el pantano, el puente o el ángel caído. Un rasgo central en su poesía es que “se mueve entre dos polaridades (…): misticismo y nihilismo, tradición y vanguardia, concepción surrealista o más bien mágica”. Rivero da así vida a las contradicciones,alacomplejafigura del poeta y a la grandeza de la poesía de Cirlot. |