La actriz y directora ante su cita en el Grec
Cuando comienza Lalia, el corto con el que Sílvia Munt (Barcelona, 1957) fue reconocida como directora con un Goya, vemos cómo la madre de la protagonistasirvelostrestiposdetés: el suave, el amargo y el dulce. Ese ritual cotidiano en el Sáhara, que en realidadsimbolizaelamor,lavidayla muerte, de alguna manera, y sin saberlo, resume bien las historias por lasquesehainteresadodurantetoda su trayectoria la intérprete, guionista y realizadora catalana. Aunque comenzó como bailarina profesional, juntoaGeluBarbu,prontoseestrenó enelteatro,enelmíticoSalóDiana.El éxitoenlagranpantallalellegaríajovencísima, cuando el personaje de la Colometa,enLaplaçadelDiamant,la catapultóaunafamanobuscada.PerosialgocaracterizaaMuntessunecesidad de independencia creativa. Despuésdeunalargacarreraenelcinecomoactriz,yhabiendotrabajado conlosmejores,decidiódarelsaltoal otro lado de la cámara. Su último trabajo, La Granja del Paso, fue premiadorecientementeenlaSeminci.Conversamos con ella cuando está ensayando El preu, el clásico de Arthur Miller que se podrá ver en el teatro GoyadentrodelprogramadelGrec. La multiculturalidad, en su casa, no era un mito. De madre francesa, vivió una temporadaenLasPalmasdeGranCanariaconsuabuelocubano. La idiosincrasia de mi familia era muy relativa. Para mí es muy importantehabervividoesamezclaporque no tengo una única forma de pensar. Nohayunaúnicamaneradehacerlas cosas.Sifueramitómana,mimitoseríamiabuelo.Avecesenvidiolacapacidad de reír y bailar más allá de la obstinación en el trabajo. Siempre te ofrecíaoxígenoatravésdelorelativo. Su abuelo era médico. En su película ‘Pretextos’,yahoracon‘Elpreu’,aparece la figura del médico. De hecho usted quería ser psiquiatra. Ahora una de sus hijasestudiaMedicina. Una de las cosas que más valoro es cuando las personas encuentran un mediodevidaconelqueserútiles.El médicoesunparadigma.Ymiabuelo era muy vocacional. Atendía sin cobrar a quien lo necesitaba... Me hace mucha ilusión que mi hija se quiera dedicaralamedicina.Vesqueesfeliz ayudando, como ella dice, “con las manos”.Lasanidadpúblicaesunode losmejoresinventosdelserhumano. Con sólo dieciséis años viaja hasta LondresysetitulaenTheRoyalBallet. Porprimeravezsentíelracismo.Éramos las españolitas. Te hacían sentir comosifuesesdeunarazapocovalorada. Cuando dicen que los jóvenes tienenqueirse…Cuidado.Elexilioes muy difícil. Es una solución muy dura. Y Europa no ha sido generosa. Ni siquieraconlospropioseuropeos.
Se incorpora a la compañía del bailarín rumano Gelu Barbu, y después al Ballet Contemporani de Barcelona. Y en 1977 debuta ya como actriz en ‘Sueño de una nochedeverano’,enelSalóDiana. Participaba como coreógrafa en la Asamblea de Trabajadoras del Espectáculo. Aquella Barcelona respirabaalegríaylibertad.Eraunaciudad dondetodoeraposible,ymelancé,tal vez ingenuamente, con un Shakespeare. Hoypareceimposibledaresosgirosprofesionales, todo está mucho más burocratizado. Lo que más lamento es que mis tres hijasnoconozcanesalibertadqueviví con su edad. A su generación les han robado esa alegría de la primera juventud.Delosdieciochoalostreinta has de sentir que puedes con todo. No es nostalgia, es rabia. Hoy hay una decadencia más o menos encubierta que lo salpica todo. Pero aquella primavera duró poco más deunadécada.Ydespuéstodocambió. Doslosasselollevarontodo:laheroínayelpoderdeldinero.IraBocaccio era una cosa, y otramuydistinta salir porUp&Down. El éxito en el cine y la televisión le llega muypronto,en1981,cuandoesescogida para interpretar la Colometa en ‘La plaçadelDiamant’. Aún bailaba. No lo buscaba, por eso no me hizo daño. Fue una puerta de entrada al cine, yme permitió interpretar los papeles que realmente me apetecíahacer.
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