Un complejo autor infantil con suerte en el cine
‘Mi amigo el gigante’ Este fin de semana llega a nuestras pantallas el último filme de Steven Spielberg. La película es una adaptación del cuento ‘El gran gigante bonachón’, de RoaldDahl; Seguimos la herencia en la pantalla de este autor, conocido sobre t
Cuando mi hija era pequeña y le leía cuentos antes de dormir, no eran pocos los libros que acababan desechados porque le aburrían. Pero había un autor infalible: Roald Dahl (1916-1990). No es casual, un niño es unlector–ounescuchador–exigente, que no tolera divagaciones, morosidades, arbitrariedades argumentales… Y Dahl es un narrador nato, que maneja de forma prodigiosal os giros, las sorpresas, la modulación de la tensión.
Su producción literaria, aparte de los dos volúmenes de memorias – Boy y Volando solo–, se divide en dos grandes bloques: los libros in-
fantil es–los cuatro imprescindibles: Charlie y la fábrica de chocolate, El
gran gigante bonachón, Las brujas y Matilda– y sus obras para adultos, entre las que destacan los cuentos macabros de Historias extraordina
rias y Relatos de lo inesperado. Este año en que se celebra el centenario de su nacimiento Anagrama publicará en septiembre sus Cuentos reu
nidos y nos llega la versión de Spielberg de una de sus mejores novelas, The BGF, aquí traducida como El
gran gigante bonachón y cuya adaptación se estrena con el título de Mi
amigoelgigante.
Los libros para niños y para adultos de Dahl coinciden en el gusto del autor por lo grotesco y lo escatoló- gico, lo cual le causó en el ámbito infantil más de una campaña en contra por parte de pedagogos que los consideraban poco recomendable se incluso un boicot de la asociación de bibliotecarios norteamericanos, que se negaron durante años a incluir los textos del escritor en sus catálogos. Hoy es una figura literaria indiscutible, pero en vida, tal como cuenta en sus memorias Tom Mascher, su editor inglés, Dahl fue durante años menospreciado en el mundillo editorial. Mascher, por cierto, fue quien le puso en contacto con el ilustrador que mejor ha sabido plasma r su universo irreverente y salvaje: el gran Quentin Blake con sus in- confundibles trazos desgarbados.
El primer contacto con el cine del escritor fue gracias al relato The
Gremlins, que Disney quiso convertir en película, pero el proyecto acabó abandonado. Años después, varios de sus cuentos para adultos se pasaron a la televisión, en Alfred
Hitchcock presenta… (1958-60) y en
la británica Tales of the unexpected (1979-88), que adaptó 26 de las historias de Dahl, presentadas por él mismo. El papel de presentador ya lo había desempeñado en la americana
Way Out (una única temporada, 1961), cuyos nueve episodios introducía, aunque sólo uno se basase en un relato suyo. Posteriormente fue guionista del aversión cine mato-
El filme cumple con los preceptos del escritor: “La historia debe ser no convencional e inventiva. Y debe desarrollar una trama de primera clase”
gráfica de dos novelas de Ian Fleming: Sólo se vive dos veces (1967), la aventura japonesa de James Bond,y
ChittyChittyBangBang( 1968). En cuanto a las adaptaciones de sus libros infantiles, es interesante destacar cómo cada cineasta ha elegido aquella obra que mejor se amolda a su propio universo. Así, por ejemplo, Charlie ylafábric ad echo
cola te es ideal para Bur ton, cuya versión incorpora un personaje que no está en la novela: el progenitor dentista que interpreta el gran Christopher Lee y proporciona sugestivas claves para entender al estrafalario Wonka al que Depp envuelve en un aurasombría.
Por su parte, el zorro dandi e iconoclasta de Fantástico Sr. Fox es puro W es Anderson. Yes lógico que Spielberg haya optado por El gran
gigantebonachón, sindudalamirada más poética sobre la infancia de Dahl, que une a dos seres marginados: la niña huérfana y el único gigante que no devora seres humanos y se ha hecho vegetariano. La novela –dedicada a Olivia, su hija fallecida, e inspirada en su nieta mayor Sophie, hoy una modelo y escritora gastronómica célebre en Inglaterra– fue importante en la carrera del escritor, entre otras cosas porque supuso su encuentro con el joven editor norteamericano de FarrarStrauss Stephen Roxburgh,qu ea partir de entonces se convertiría en un consejero imprescindible.
Enrealidad es la segunda vez que la novela se lleva al cine, la primera fue The BGF (1989), una discreta producción en dibujos animados británica de Brian Cosgrove. Que Spielberg la retome tiene todo el sentido, porque ya demostró su interés por el mundo de la infancia en
E.T.,Hook( una estimulante aunque fallida revisitación del mito de Peter Pan), Elimperiodelsol, sobreladura narración autobiográfica de Ballard eInteligencia artificial, viejoproyecto de Kubrick sobre un relato de Aldiss. >
> La película Mi amigo el gigante se sustenta sobre tres pilar es. El primero, el último guion escrito por M el issaMathi son, que falleció poco después de terminarlo. No es casual que Steven Spielberg llamase para esta película a quien fue la guionista de
E.T.Mathi son propulsa la magia y la emotividad de la novela, juega afondo con el peculiar lenguaje del gigante yen cambio rebaja la ven aescato lógica de D ah la cuenta de las ventosidades que le produce su dieta vegetariana.
Los otros dos pilares pueden parecer contradictorios pero se complementan: por un lado los efectos digitales –que el cineasta ya utilizó a fondo en Tintín–yporot rol a sutil interpretación de MarkRy lance, que dota al gigante de una humanidad sin la que la película se desplomaría; el actor, por cierto, acaba de ganar el Oscar al mejor secundario por su papel de agente soviético en la anterior película de S piel b erg, El puen
te de los espías. En Mi amigo el gigante el director cumple ala perfección con los preceptos de Dahl para contar una buena historia :“debe ser no convencional e inventiva. Y debe desarrollar una trama de primeraclase”.
Por último, permítanme una recomendación: en Londres siguen el cartel dos buenos musicales inspirados en obras de Dahl: el espectacular Charlie andt he Chocolate Factor y y elmás modesto pero también más redondo Matilda, que cuenta con una partitura maravillosa y ha acumulado un montón de merecidos premios. Como fans de Roald Dahl, mi hija y yo los vimos en cuanto se estrenaron. Si tienen ocasión, no se los pierdan. |