Marco propicio
Talento, tenacidad, buena formación y un marco propicio. Son las condiciones deseables para que un creador joven prospere, según lo expresado por José Antonio Bayona como figura invitada en la entrega de premios de la Fundación Princesa de Girona.
Nuestro Guy Ritchie (¿o es nuestro Steven Spielberg, ya que el primigenio le ha encargado que continúe la serie de Parque Jurási
co?) fue al detalle en conversación con la productora Belén Atienza. Su tenacidad la mostró, de adolescente, Bayona en la entrevista de entrada a la ESCAC: si no le admitían, dijo aquel menudo vecino de Trinitat Vella a sus examinadores, acabaría haciendo cine de todas formas, pero en otro lado. De esa escuela le quedó el empuje de pertenecer a su primera promoción y, también, un equipo técnico de amigos que le han acompañado en Lo imposible o Penny Dreadful. En cuanto al ambiente propicio, se lo brindó la legislación que obligaba a las cadenas televisivas a invertir en cine español, y que facilitó su debut con El orfanato. Ahora estrena Un monstruo viene a ver
me, rodada en inglés en Terrassa. Talento, y marco propicio. La escritora Elena Medel, el director de orquesta Andrés Salado, el cartógrafo Sergio Álvarez Leiva, la investigadora de la dislexia Luz Rello y la química Sílvia Osuna, todos menores de treinta y cinco años, recogían de manos de los reyes de España y del presidente de la Generalitat sus premios 2016 de la Fundación, en el acto central de una doble jornada de talleres y seminarios. Álvarez recordó al alpinista Hugh Herr, que tras perder las piernas se fabricó unas artificiales para seguir escalando. “Cuando se persigue algo, las piernas te llevan”, señaló.
No abundan los foros de amplia convocatoria que fomenten el despliegue de talento de las nuevas generaciones. Esa proyección de futuro brinda a la cita anual de Girona su potencia e interés.