Flores entre rascacielos
Nueva York muestra la mejor pintura de jardines
Los jardines de Nueva Inglaterra son el eje temático de la muestra Impressionism: American gardens
on canvas en el Jardín Botánico de Nueva York. El parque, funda do en 1891 en un frondoso paraje del Bronx aún hoy cruzado por un río de agua fresca, es un ejemplo único de la pasión norteamericana por la filantropía, el esparcimiento al aire libre, la botánica y los jardines ingleses.
La correspondencia entre pintura y horticultura nos acerca aquí a una revisión de las relaciones entre artistas, sus mecenas y las muchas combinaciones de flores, plantas y enredaderas que entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX se diseminaron por esta parte de América. Ya fuera en los espacios públicos de la ciudad de Nueva York, en las colonias de artistas re-
El legado de la escuela de Barbizon y del impresionismo francés marcó el arte americano antes del Armory Show
partidas por Massa chusettsy Connecticut, o en las vastas propiedades delas fortunas de la época como los Rockefeller o los Vanderbilt, toda una generación desarrolló una sensibilidad que asumiendo e llegado del impresionismo francés y de la escuela de Barbizon marcaría el carácter artístico de Estados Unidos antes de la llegada de las vanguardias con el Armory Show en 1913. Artistas de la época como Matilda Browney John H. Twachtman fueron ala vez jardinero s aficionados que intercambiaron flores y pinceles como herramientas con las que crear composiciones de colores y fragancias.
Múltiples variedad es de peonias, linarias, dalias, malvarrosas y amapolas son las protagonistas de la exuberante plantación en el palacio de cristal. La irregularidad de la jardinería decimonónica inglesa, su diversidad de tonalidades y formas, con cierto aire selvático y casual ha sido una de las inspiraciones para las comisarias de esta exposición. La concentración de flores de primavera y verano gracias al ambiente controlado del invernadero crea una combinación espectacular que nos hipnotiza invitándonos al deleite sentados en una de las mece-