Mamá no dejes que me coja el muermo
En los últimos años de su vida (murió en el 2007), Genís Cano, que es el último poeta seleccionado en la antología de David Castillo y Marc Valls
Poesia Contracultura Barcelona estuvo trabajando en un proyecto de exposición, que acabó en un libro sobre la cultura de los setenta: la contracultura, el underground o, como el decía, la psicodelia (utilizando esta palabra con una dimensión que iba mucho más allá de las drogas). Si hubiera conseguido dar formar a aquel proyecto, que como tantos productos de la contracultura, quedó inacabado, hubiera sido digno de verse. Porque en la cabeza de Genís, la contracultura, o como él decía, la psicodelia, era un juego de conexiones que ponía en relación textos e imágenes, modas estéticas, teorías lingüísticas, lecturas del mundo de la crítica y del mundo del arte.
Con el mismo espíritu, pero desde una perspectiva más endógena, no tan abierta a tantos vientos, David Castillo (Barcelona, 1961) y Marc Valls (Barcelona, 1960) han publicado uno de los mejores libros que se han recopilado sobre esos años, entorno a la muerte de Franco, hasta 1982 o 1983 cuando llegan los aires de la posmodernidad, y se produce el gran descrédito de la contracultura (aunque la muerte del underground ya se anunciaba, como mínimo, desde 1977). Han seleccionado a dieciocho poetas muertos (Jordi Carbó, Pau Maragall, Jaume Cuadreny, Zane Speer, Albert Subirats, Jordi Pope –el del poema del muermo–, Piru Cirugeda, Leo Segura, Pere Marcilla, Xavier Sabater, Roberto Bolaño, Raúl Núñez, Pepe Sales, Mònica Maragall, J. Daniel Vidal, Carlos Iguana, Sebastià Rourey Genís Cano) han vaciado carpetas y libretas, han recuperado las revistas y fanz in es que publicaban, han reunido fotografías inéditas, dibujos, cubiertas de libros( los que los publicaron) y de la mano de Marc Valls, que es un grafista excelente (autor de la gráfica de la exposición Pasolini del CCCB o del catálogo de The London Punk Tapes de l’Arts Santa Mònica), han dado forma a una enciclopedia contracultural que, más allá de los poemas (que no todos aguantarían en una página en blanco), transmite el malestar, la violencia, las ganas de ser de una época y muestra su caída de manera cruda, con fotografías desgarradas de algunos de los protagonistas, enfermos y devastados por las drogas.
Este libro, que marca un antes y un después, coincide con la recuperación de los poemas juveniles (y casi alevines y cadetes) de David Castillo, uno de los símbolos, junto a Enric Casasses, de la poesía de aquella época, que la ha transcendido, como poeta y novelista. Caramba con el joven Castillo. Trata sus temas de siempre (la soledad en la ciudad, las relaciones con las mujeres, la vida como un combate extenuante) con una fuerza y una contundencia sorprendentes para un chaval de dieciséis o diecisiete años, que pronto pasó por la cárcel (a causa de la militancia en la CNT, implicado en el caso Scala) y se hizo mayor de golpe. Aquí está la materia prima de uno de los mejores libros de los últimos veinte años, la novela El cel de l’infern (1999): el barrio chino, la cárcel, la muerte de Bobby Sands y de Oriol Solé Sugranyes. La poesia (como diría David Castillo, con ese sorda) está de suerte.
David Castillo i Marc Valls
Poesia Contracultura Barcelona
A JUNTA MENT DE BARCELONA. 400PÀGINES .19,90 EUROS
David Castillo El túnel del tiempo (Poemas adolescentes y de primeros antecedentes penales)
SIAL/CONTRAPUNTO. 130 PÀGINES.16 EUROS
Han vaciado carpetas y libretas, han recuperado revistas y fanzines, fotografías inéditas y dibujos