Catarsis multicolor
lienzo multicolor, entretejido y denso pese a su orgánica frescura, en once temas que, como es habitual en él, sintetizan las raíces del folk con énfasis melódico, tan imbuidos por Debussy o Ravel como por el pop contemporáneo. Obra de cálido corazón y tamizada espontaneidad, la primera hecha de canciones propias desde Break it yourself (2012) –entre medio hubo un álbum de versiones de The Handsome Family, Things are really great
here (2014), y el primer capítulo de una serie de trabajos instrumentales grabados en plena naturaleza,
Echolocations: Canyon (2015)–, esta sinuosa colección ofrece pasajes rozagantes, lo son la pegadiza Roma fade o el magnético dúo con Fiona Apple en Left handed kisses ,y desemboca en cuatro temas finales de calado dramático. Equilibran una de esas audiciones que te alegran el día más plomizo. Las desgracias nunca llegan solas, pero pueden reactivar la creatividad del artista que sepa amortizar la catarsis de su coincidencia. El nuevo álbum de Andrew Bird (en la foto), violinista y cantante entronizado por el público indie, es buena prueba de ello. En cuestión de meses, el músico de Illinois tuvo que enfrentarse a un cáncer de su esposa –mal momento, eran padres recientes– mientras tiburones inmobiliarios les presionaban para que desalojasen su apartamento neoyorquino. Instalados en Los Ángeles y superada la enfermedad –el estribillo de Puma recuerda que “ella fue radioactiva durante siete días”– , Bird concibe su álbum más luminoso y accesible. Los instrumentos protagonistas son violín y xilófono; la voz suena próxima, franca, y a la que puede se arranca a silbar.
Are you serious, cuyo título no requiere explicación, se extiende cual