La Vanguardia - Culturas

De raíces y afectos

Condensan gran parte del cosmos narrativo de Murakami

- ROBERT SALADRIGAS

Mientras leía algunas buenas historias entre las diecisiete que Haruki Murakami (Kioto, 1949) recogió en su libro El elefante desaparece, primer tomo de cuentos aparecido en 1993, seguía notando el recelo que suele provocarme la narrativa de Murakami desde que lo descubrí en Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, una poderosa novela de los años noventa, y luego reincidí con Tokio Blues (1987). Tengo apego a la ficción moderna que ha generado una lengua y una cultura tan distante de la nuestra como la japonesa. Precisamen­te lo que me deslumbra es su especifici­dad, pese al riesgo de que no siempre los textos consigan superar el escollo de la traducción. Pienso en maestros incuestion­ables como Ryunosuke Akutagawa, Junichiro Tanizaki, Yasunari Kawabata, Kobo Abe, Natsume Soseki y algunos otros contemporá­neos tan profundame­nte identifica­dos con la simbología y los rituales del Japón milenario.

¿Cuál es mi problema con Murakami? Lo leo en general con agrado, sus historias me parecen inteligent­es, ingeniosas, sutiles, su mundo narrativo de encuadre urbano me interesa y suele atraparme des- dica, en la que hermana lo sentimenta­l y el humor. En Las hojas

, la protagonis­ta es miembro de una familia libanesa; Vida con

abiertamen­te autobiográ­fico, abre un nuevo ingredient­e: el de los libros; mientras que Lunas

es una reflexión sobre la escritura y sobre su propia escritura.

Cada uno de estos aspectos reaparecen, intensific­ados, en La dueña del Hotel Poe, su novela más ambiciosa, audaz, divertida y compleja. Ahora el amigo no es Monterroso, fallecido en 2003, sino su nuevo marido, el pintor y escultor Vicente Rojo, uno de los protagonis­tas del libro y que ha influido no poco en esta búsqueda de una nueva identidad. El punto de partida es autobiográ­fico: “Soy una mujer viuda, sin hijos, vuelta a casar”. Y es cierto que su padre fue, en los años cincuenta, propietari­o de un hotel. Como homenaje, decide recuperarl­o, y para ello se ve obligada a escribir un best seller que le haga rica. Es aquí cuando entramos en el terreno de la ficción delirante con la inclusión de objeto de segunda mano, cervantina novela dentro de una novela. “Resultó ser tan diferente del resto de mi trabajo que me desconcert­aba a mí misma”. Por un atrevimien­to que roza la pornografí­a en clave de humor y centrada en el Penis envy freudiano. Para acentuar el tono cervantino, el manuscrito lo encontró en un mercadillo de segunda

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Murakami durante una visita a Barcelona en el 2008
ANA JIMÉNEZ Murakami durante una visita a Barcelona en el 2008
 ?? NAVONA ?? Bárbara Jacobs
NAVONA Bárbara Jacobs

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain