En el pacto de San Sebastián: Historia y microhistoria
Comisariada por Isabel de Naverán, este caso de estudio narra un relato fascinante. En agosto de 1930 se reúnen en San Sebastián un grupo de republicanos y socialistas con el objetivo de poner fin al reinado de Alfonso XIII, quien acabaría abandonando el país. Seis años más tarde, en agosto de 1936, Antonia Mercé la Argentina –la primera artista condecorada como bailarina y coreógrafa por la II República–muere de repente en San Sebastián, impactada por la noticia del golpe de Estado.
Pero el cuento no acaba ahí, y las pesquisas entre historia y microhistoria, cuerpo y representación, se acaban enredando. Tirando del hilo de la relación entre mujer y representación feminizada de la República, la comisaria llega a conocer a Blanca Quintana (1916-2015), que con apenas dieciséis años serviría de modelo para la representación de La República pintada por Ignacio Díaz Ruiz de Olano, por encargo del primer alcalde republicano de Vitoria, Teodoro González de Zárate. Ambos fallecerían el primer año de la Guerra Civil. Sin embargo, Blanca Quintana sobrevivió, todavía preocupada en su vejez por las eventuales consecuencias que podría traer algún día a sus descendientes su vinculación con el cuadro republicano, que la mantuvo en vida bajo el miedo de la ocultación, en una suerte de prolongada clandestinidad.
El relato de la Argentina continúa por un derrotero aún más inesperado. El bailarín japonés Kazuo Ohno, quien aseguraba que comenzó a bailar tras haber visto a La Argentina en 1929, casi medio siglo después, en 1977 estrena Admirando a la Argentina según el estilo de danza buto creado por Ohno junto a Tatsumi Hijikata en respuesta a los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki. Así es como transcurre la vida de la paz, entre las guerras. En la exposición, unas gradas preparan el dispositivo adecuado para el desarrollo de Envoltura, una serie de acciones y danzas a cargo de cuatro artistas: Idoia Zabaleta, Camila Téllez, Patricia Caballero e Iñaki Azpillaga.