Corredor de fondo
Ahora que el verano empieza a declinar, que las noches empiezan a ser frescas y hay más espacio en las playas después de las primeras tormentas de agosto, tal vez apetece cambiar las lecturas más ligeras del verano por algo más consistente. Acabo de leer Corredor de fondo, las memorias de José Corredor Matheos. Yo les aconsejo que le hinquen el diente a este libro suculento que recorre más de medio siglo de la cultura de este país.
Nacido en Alcázar de San Juan en 1929, de madre barcelonesa de adopción y padre manchego, Corredor ha sido testigo y protagonista de lo que se ha escrito, pintado, representado y luchado en esto que a veces no sabe uno si es un país o una corrala de vecinos mal avenidos.
De estirpe ferroviaria, pasó su niñez en Vilanova i la Geltrú, y se vino a Barcelona después de la guerra. La muerte de su padre en 1943 le obligó a compaginar los estudios con trabajos, primero en el Instituto Nacional de Previsión, y después en diversas editoriales, mientras cursaba la carrera de Derecho preceptiva entonces para todos los varones que no quisieran dedicarse a la docencia ni a la ciencia. Como tantos de ellos, jamás ha ejercido la abogacía, con lo cual hemos salido ganando, puesto que en vez de picapleitos ha sido ensayista, autor teatral, actor aficionado, crítico de arte, editor… y gran poeta.
Corredor es, a fuer de manchego y de catalán (ejerce de ambos), muy suyo. Cordial y sociable, de una curiosidad inagotable y libre de prejuicios, ha sido amigo de muchos, siempre al margen de capillitas y generaciones; su mirada es siempre limpia, divertida, amistosa, y tenerlo de guía por este medio siglo de historia nos descubre una orografía moral y estética que no es la usual. Nos recuerda nombres que habíamos olvidado y nos descubre otros, importantes, que ignorábamos, sin pasar cuentas con nadie, sin enjuiciar, simplemente narrando con sencillez y buen humor una vida que ha sido rica en trabajo y amistades.
Es generoso con los demás, y modesto en lo que toca a su obra, sobre todo la poética, excelente, y que ha sido el hilo que ha hilvanado todas sus demás actividades. A los que tenemos una edad nos recuerda muchas cosas, algunas duras, otras entrañables, y creo que a los más jóvenes les descubrirá cuántas se hicieron entre gente de buena fe en momentos difíciles. No todo fue gris en esos años de grisalla, gracias a gente como José Corredor Matheos. Muchas gracias, Pepe.