Los cuerpos de la luz
Pionero en la integración del vídeo, la escultura, el dibujo y la performance, esta es su primera exposición en solitario en España
Explica Anthony McCall (St. Paul’s Cray, Inglaterra, 1946) que las películas son en parte cine, en parte esculturas de luz y en parte performance. Por tanto, sus trabajos “no se refieren más a la luz de lo que se refieren a la duración, la escultura o los cuerpos en el espacio”. En los setenta, “tropezó” en ese territorio híbrido porque “quería hacer una película que sólo existiera en el momento de la proyección”, explica. Esa búsqueda del presente momentáneo del cine lo condujo a la composición de performances e instalaciones como Circulation figures,
que puede verse en la Fundación Gaspar y que reflexiona sobre el papel de la fotografía a partir de la filmación de una acción artística original, proyectada y engrandecida con espejos en una sala a oscuras. Las imágenes se convierten en presente cuando el visitante las observa y pasa a formar parte de ella, aunque las “esculturas de luz” protagonistas fueron grabadas hace más de cuarenta años.
Gracias a la inteligente disposición de la muestra, el visitante se siente parte de lo que sucede en ese presente efímero aunque constante, y de otras instalaciones, como Coming about
–ejemplo de sus últimas solid lights–,
donde se asiste a la materialización de la luz en una inquietante sala. En Crossing the Elbe, también reciente, tres haces de luz dividen el espacio urbano para que el artista reinvente un nuevo entorno de la ciudad. Especial atención despierta su primer trabajo cinematográfico, Landscape for fire, realizado durante una de las performances de su serie Fire pieces, que lo convirtió en una figura clave de la vanguardia cinematográfica de la London Film-makers’ Co-op.
Establecido en Nueva York desde principios de los setenta, a McCall se le considera un pionero en la integración del vídeo, la escultura, el dibujo y la performance. Como él mismo explica, entonces se le ubicó en la vanguardia del cine o del expanded cinema, pero no fue especialmente bienvenido entre los museos o galerías de arte. “No fue hasta los últimos noventa, cuando el videoarte ya estaba totalmente situado en el mundo del arte, que mi trabajo fue descubierto”.
Ha expuesto en el Centre Pompidou, la Tate Britain, la Serpentine Gallery o el Hamburger Bahnhof de Berlín. En España, había participado en exposiciones colectivas en Madrid, Gijón o Barcelona. Gracias al trabajo y el entusiasmo de la comisaria Gloria Moure, la Fundación Gaspar ha organizado la que es su primera exposición en solitario en España, donde pueden verse los intereses y temas de su trayectoria: “Es tentador mirar hacia las diferencias entre los setenta y ahora. Pero tiendo a ver las continuidades. Los medios han cambiado –lo que un día fue film ahora es digital– pero todavía estoy trabajando en habitaciones oscuras y haciendo instalaciones tridimensionales basadas en luz proyectada en una estructura explícitamente temporal. Todavía estoy interesado en las substancias inmateriales, y en el movimiento líquido”, comenta.