Roger jiménez
El 10 de julio del 2011, el dominical británico se despedía de sus lectores tras 167 años de publicación. Detrás de su adiós había uno de los grandes escándalos periodísticos de los últimos años, que implicaba al magnate de la comunicación Rupert Murdoch, propietario del grupo News International al que pertenecía el dominical cerrado, con prácticas ilegales de espionaje telefónico y otras sucias tretas para conseguir historias. Una praxis que tenía como principal objetivo desvelar las vergüenzas de políticos y celebridades con la que el rotativo logró alcanzar los 2,7 millones de ejemplares.
El veterano periodista Roger Jiménez utiliza éste y 99 casos más como ejemplo de prácticas periodísticas –malas, dudosas y cuestionables– para hablarnos de uno de los aspectos del oficio que desde su óptica profesional considera el más relevante: la deontología. “La ética periodística no es la mejor de las virtudes practicadas”, plantea desde un inicio en su libro
una compilación que también forma parte de la colección Periodismo Activo con la que la Universitat de Barcelona analiza la crisis de los medios de comunicación.
Jiménez reivindica la ética y la autorregulación en el ejercicio del periodismo, que estima válidos para todos los tiempos y “todos los medios y soportes”. Con esa premisa repasa algunos de los escándalos periodísticos más sonados del último siglo. Abundan los protagonizados por periodistas norteamericanos como Patricia Smith, de seleccionada para el Pulitzer en 1998 por sus extraordinarias historias que más tarde se revelaron como pura invención para su gloria personal. Tampoco olvida el caso Watergate, que utiliza para hablar del secreto profesional y de la protección de las fuentes de información. Ya en territorio español, una de las perlas que recuerda es la de la fotografía del falso Chávez que
publicó en portada el 24 de enero del 2013 en la que se veía a un hombre intubadoenunasaladeoperacionesy que el periódico identificó, sin serlo, como el presidente venezolano. “Un viejo adagio sin firma dice que ‘los médicos entierran sus errores, los abogadosloscuelganylosperiodistas los publican en portada’”, se lamenta el autor, quien afirma: “Lo que distingue a un diario de calidad de otro que no la tiene es la capacidad de reacción, de aprender de los errores, de tener la humildad de reconocerlos”.
El plagio, la suplantación de personalidad para llegar a una fuente –sonada fue la llamada que realizó en enero del 2011 el periodista Pere Mas al rey Juan Carlos dando pie a que la Zarzuela pensara que se trataba del presidente Mas, o la más reciente del periodista Carles Pérez a Mariano Rajoy, el pasado enero– la veracidad o la imparcialidad son abordados con ejemplos clarificadores que sirven de Fue el primer defensor del lector de , un cargo que le llevó durante años a analizar los límites éticos del periodismo. Un campo en el que Roger Jiménez (El Catllar, 1938) es docto; no en vano ha sido profesor de Redacción Periodística en la Universitat Autònoma de Barcelona y de Deontología en la Universitat Internacional de Catalunya. Durante más de cincuenta años de profesión, Jiménez ha ejercido en varios medios de comunicación escritos y agencias de noticias como Europa Press y Efe, combinando durante años la actividad profesional con la gremial, con cargos como la presidencia del Consejo de la Información de Catalunya.
Como praxis dudosas cita la foto del falso Chávez y las llamadas fingidas de periodistas a Rajoy y Juan Carlos I
aviso a las nuevas generaciones de profesionales, a los que Jiménez aconseja plasmando lo que dicen los códigos deontológicos.
Roger Jiménez
PUBLICACIONS I EDICIONS UNIVERSITAT DE BARCELONA. 304 PÁGINAS. 22 EUROS